El proceso de fusión de los dos hospitales de la capital onubense ha dado este Puente de Andalucía un paso más con el traslado de las Unidades de Neurología y Neurofisiología al Infanta Elena, permaneciendo en el Juan Ramón Jiménez la unidad de Neurocirugía. Este proceso estaba planificado desde hace tiempo, lo que no ha evitado las críticas sindicales por la “desorganización”, que hacen extensible a toda la unificación.
Tras el escrito de la junta de personal de Infanta Elena, el sindicato CSIF se ha sumado a las críticas y ha denunciado a Viva Huelva que los primeros días de actividad tras el cambio organizativo en la unidad de hospitalización de Neurocirugía en el Juan Ramón se han caracterizado por la “falta de personal”, puesto que “se ha dejado la unidad teóricamente abierta a la mitad de capacidad, y por tanto, con menos personal, pero se ha terminado el Puente con la unidad casi al cien por cien de capacidad”.
Desde el Complejo Hospitalario Universitario de Huelva aseguran, en relación a la situación del ala 3300, que “en ningún momento se se ha planteado el cierre de las camas que ocupaba anteriormente la Unidad de Neurología con la consiguiente reducción de personal, sino que en todo momento se ha mantenido disponibles para su ocupación en caso necesario con la misma dotación de personal”.
Así, explican que “la única razón por la que no se han ocupado dichas camas hasta la tarde de ayer -por el lunes-, ha sido únicamente porque el Complejo Hospitalario contaba con suficientes camas disponibles”. Reiteran además que “en ningún momento se han registrado problemas en la atención a los pacientes ni incidencias importantes en la asistencia, contando en todo momento con el personal suficiente para hacer frente a la demanda de los pacientes, gracias a las medidas organizativas puestas en marcha, que permitieron el refuerzo de profesionales procedentes de otras unidades con menor carga asistencial en momentos puntuales para garantizar la asistencia”.
Sin embargo, desde CSIF contradicen la versión oficial y afirman que la realidad es totalmente opuesta a lo que defiende el Complejo Hospitalario. Para ello, se valen de números: cuando la planta estaba abierta al cien por cien de capacidad, contaba con diez enfermeras y 32 camas, pero con el traslado, siete enfermeras se han ido al Infanta Elena y “siempre nos habían dicho que media planta quedaba cerrada”.
Turnos mermados
Con las 32 camas abiertas, los turnos eran de de tres enfermeras y tres auxiliares de mañana, y dos y dos en la tarde y la noche. En cambio, durante el Puente, “el sábado por la mañana había dos enfermeras para 16 pacientes pero trasladaron a una a otra unidad, y dos auxiliares; por la tarde, una enfermera y dos auxiliares; y por la noche, una y una”. En cuanto al domingo, “en el turno de mañana había dos enfermeras y dos auxiliares, pero durante la tarde y la noche sólo quedaron una enfermera y una auxiliar”.
La situación empeora el lunes, pues “por la mañana ya había 18 pacientes atendidos por una enfermera y dos auxiliares, el mismo personal que por la tarde, cuando el número de ingresados subió a 22, para finalizar el turno de noche con 29 pacientes y una sola enfermera y un auxiliar”.
Con estos datos sobre la mesa, insisten en que “falta personal y sobra desorganización”, principalmente en relación al personal de Enfermería.
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