La Policía Nacional ha detenido, por el momento, a un ciudadano onubense como presunto autor del robo en un salón de juegos de Huelva utilizando un artilugio de fabricación casera con el que provocaba cortocircuitos en ciertas máquinas y les sacaba el dinero. Según fuentes policiales, la detención se produjo el pasado 29 de octubre y como ha podido saber Viva Huelva, se llevó a cabo tras ser pillado in fraganti en el salón de juegos de la calle Artesanos y después de una persecución policial. La investigación sigue abierta.
Fuentes cercanas a los hechos han descrito a Viva Huelva que estos cacos tecnológicos habían actuado ya días antes a la detención en el citado salón de juegos y en otro del mismo grupo situado en la calle Jabugo. Concretamente, describen a este periódico que fueron dos personas diferentes en dos días diferentes los que supuestamente perpetraron estos robos en los citados salones.
Los trabajadores de los salones habían detectado esos días que las cuentas no cuadraban lo que sumado a las sospechas ante las acciones de esas personas les llevó a estar muy atentos a sus prácticas si regresaban. En estos establecimientos en particular, los asaltantes, entre ellos el que fue detenido, usaban un aparato fácilmente camuflable en un paquete de tabaco que introducían en la ranura de billetes de las máquinas de cambio, provocándoles un cortocircuito y que escupieran las monedas. Con esta técnica, entre el salón de juegos de Artesanos (en la Orden) y el de Jabugo (Isla Chica), los presuntos ladrones se habrían llevado más de 500 euros, aunque la Policía Nacional investiga si más establecimientos han sufrido estas prácticas, y no se descartan más detenciones. Por el momento, se sabe que en los dos salones citados fueron más de 500 euros los sacados de las máquinas con esta práctica fraudulenta.
De hecho, a raíz de estos sucesos, los agentes policiales han abierto una investigación, y ya han mantenido reuniones con representantes del sector para que estén alertas ante esta práctica que funciona con máquinas más bien antiguas y no adaptadas contra estas estratagemas delictivas, algo que ya han hecho técnicos en los establecimientos que han sufrido este ‘asalto tecnológico casero’.
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