La quinta sesión del juicio por la desaparición de la sevillana María del Carmen Espejo, fallecida hace 21 años junto a su hijo Antonio cuando contaba con diez, cuyos restos aparecieron en una finca de Almonaster La Real (Huelva) en 2011, 18 años después, ha sido aplazada este viernes por la no asistencia en sala de dos de los seis peritos caligráficos citados.
En esta jornada estaba previsto que declararan seis peritos caligráficos ante el tribunal de la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Huelva, pero al haber asistido solo cuatro, el tribunal ha decidido suspender esta prueba pericial y realizar su práctica el próximo martes a partir de las 9,30 horas, ya que el fin es que prestaran declaración de manera conjunta.
Cabe recordar que durante la cuarta sesión del juicio, celebrada este jueves, el que fuera jefe del Grupo de Homicidios de la Jefatura Superior de la Policía Nacional de Andalucía Occidental cuando se reabrió en 2011 este caso, aseguró que al llegar a la finca donde aparecieron los cadáveres, propiedad del acusado de los hechos, Genaro Ramallo, para inspeccionarla tuvo la sensación de que había sido comprada por éste, un par de meses antes de la desaparición de las víctimas en el verano de 1993, "con el único y exclusivo fin de enterrar los cuerpos" allí.
De igual modo, señaló que, según su propia percepción, "esa finca no la compra nadie con ningún fin, es un lugar inhóspito, al que se llega con un camino muy estrecho, no era un lugar adecuado para nada y carecía de cualquier interés comercial, lúdico o de construcción".
"Nosotros sabíamos que Genaro los había matado allí en la finca, solo y sin ninguna ayuda, porque no es posible el traslado de cadáveres hasta este lugar, y que los había enterrado allí", remarcó otro agente que también participó en las primeras excavaciones, quien mantuvo la teoría que "discutió con María del Carmen porque tenía pensado pasar el fin de semana con su otra pareja, y tras la pelea se la lleva a la finca para hacer un picnic y allí le da muerte. Iba con la idea premeditada".
Otro agente precisó que por los restos hallados en el fondo de la fosa y su disposición en bolsas y en el interior de sacos de dormir cerrados, pueden concluir que, al menos, "la mujer fallecida fue decapitada, pues la cabeza completa estaba en el interior de una bolsa de plástico cerrada con un cordón".