El Ayuntamiento arrastra un problema sin resolver con la Empresa Municipal de la Vivienda al que no se le ve una buena salida
La gestión de la crisis de la Empresa Municipal de la Vivienda es el prototipo del desmantelamiento de un servicio público fundamental, sobre todo en malos momentos para los ciudadanos. Es una muestra del desinterés por lo público del Partido Popular en general, y una buena muestra de cómo una gestión poco acertada de los recursos económicos comunes acaba dejando víctimas laborales y deudas que, difícilmente, se pueden cubrir. Porque, después de muchos bandazos a la hora de cerrarla y desmantelarla, y tras hacer pasar auténticas penurias a los empleados de la misma, en la actualidad la situación no marcha, como se suele decir ni para adelante ni para detrás, hasta tal punto que se han prometido unas indemnizaciones, que no llegan, simplemente, según aseguran los trabajadores, porque no hay liquidez en las arcas municipales para pagarles, como para tantas otras cosas. Precisamente, este es el momento de apostar por ofrecer a quienes más problemas tienen para acceder a una vivienda, a quienes difícilmente pueden mantener la suya, la ayuda necesaria, de llevar a cabo una verdadera política social que favorezca a quienes más lo necesitan, y están pagando especialmente una crisis de la que no son, de ninguna manera, culpables. El compás de espera actual, con empleados que van a un puesto de trabajo sin funciones ni tareas, es un pésimo ejemplo.
