La empresa de Villar Mir aún no ofrece soluciones concretas a la lacra que tiene en las marismas
Camuflados por ese aspecto níveo que le dan apariencia paisajística, siguen siendo uno de los grandes ataques al paisaje y patrimonio natural de Huelva. Y a la salud de sus ciudadanos, que continúan soportando el tener de vecino puerta con puerta a miles de toneladas de basura industrial química.
Siguen estando ahí ocupando 1.200 hectáreas de marismas onubenses sin que su principal responsable agilice el trabajo para hacer lo que debe: restaurar los terrenos. Porque, se supone, que quien contamina paga.
Fertiberia sigue sin presentar el plan de restauración de las balsas de fosfoyesos. La empresa, comandada por Juan Miguel Villar Mir, parece que no tiene entre sus prioridades poner fin al atentado ecológico provocado por su actividad en Huelva. La Junta de Andalucía ya le abrió expediente sancionador por incumplir el plazo de presentación del proyecto. La empresa ha alegado ese ‘castigo’. Y la cosa sigue igual.
A finales de abril, Fertiberia anunció que había encargado a la empresa Ardaman & Associates el estudio de cómo abordar el sellado y clausura de las balsas. Este miércoles, después de semanas de intentos baldíos, Viva Huelva logró contactar con el departamento de comunicación de Fertiberia, al que se le preguntó sobre el estado de ese estudio. No hubo respuesta.
Por su parte, fuentes de la delegación de Medio Ambiente de la Junta en Huelva aseguraron (era de prever teniendo en cuenta que aún están en estudio las alegaciones a la sanción) que Fertiberia “aún no ha presentado” el proyecto, y aclararon que una vez que se presente, la Administración regional “tiene que evaluarlo” y, si así se considera, “validarlo”. Mientras, a seguir con esos nocivos vecinos porque, la ejecución de los trabajos “no es inminente”, aseguraron las citadas fuentes de la Junta.
A este respecto, este martes, en relación con el episodio de pestilencia química que padeció el domingo la capital onubense y su entorno, el coordinador provincial de IU, Pedro Jiménez, defendió que ese suceso “nos confirma en la necesidad de que se aborde, de manera definitiva y con premura, la solución al problema de las balsas de fosfoyesos a través de una mesa de participación, abierta a la ciudadanía y a todos los agentes e instituciones implicados”.
Para Jiménez, resulta “prioritario que se aborde, con la máxima participación posible, la restauración y la recuperación de las marismas afectadas por los vertidos de fosfoyesos”.
Los tristemente famosos residuos volvieron a la primera plana del debate onubense esta semana, precisamente en relación con la peste química del domingo. Y es que, teniendo en cuenta que los medidores indicaron que el fortísimo olor no fue a causa del impacto industrial, desde la Unidad Asociada CSIC-UHU de Contaminación Atmosférica apuntaron como “hipótesis de trabajo” que la causa de la extrema sensación de acidez estuviera en la reacción de las aguas ácidas de los fosfoyesos con la alta humedad de estos días.
A todo esto, Huelva sigue esperando el plan de Fertiberia con los fosfoyesos. Paciencia no le falta.