Lindorff España es una de esas empresas que hacen negocio con la deuda que las entidades financieras no logran cobrar. Lo que vienen siendo ‘fondos buitres’. Más adelante explicaremos cómo. El caso es que en su página web se promociona diciendo: “Ayudamos a los deudores a resolver su deuda a través de medidas personalizadas gracias a un diálogo cercano”.
Pues que se lo digan a una mujer onubense, que recibió como medida personalizada una demanda por parte de la empresa, y como diálogo cercano el no saber siquiera si los 11.011,73 euros que le reclamaban se debían a un préstamo, a una tarjeta de crédito, si era de ella o si ella era avalista de lo reclamado.
Sea como sea, la Justicia onubense ha decidido desestimar la demanda puesta por Lindorff España, amparándose en que la empresa no ha sido capaz en el proceso judicial de aportar ninguna documentación que demostrara la existencia de esa deuda que reclamaba a la ciudadana onubense.
La sentencia, del Juzgado de Primera Instancia 6 de Huelva, y a la que ha tenido acceso Viva Huelva, así lo detalla reiterativamente y en diferentes párrafos: “La actora no ha aportado documento alguno que conforme a lo por ella mismo alegado sirviera a fundar su derecho, no habiendo tampoco manifestado que existiera razón alguna que le impidiera aportarlos”.
Ante esto, el fallo desestima “íntegramente la demanda formulada por Lindorff España” y absuelve a la demandada “de todos los pedimentos deducidos en su contra”.
‘Modus operandi’
La ciudadana en cuestión fue defendida por la delegación onubense de la Asociación de Usuarios de Servicios Bancarios (Ausbanc).
Antonio Olaya, delegado de Ausbanc en Huelva y abogado, explicó la manera de actuar de empresas como Lindorff. Este caso particular nace de la venta por parte de Barclays Bank de los préstamos impagados a esta empresa. Estos ‘fondos buitres’ son vendidos a entre un 5 y un 8% del importe de la deuda: “Todo lo que estas empresas logren cobrar de más son ganancias, y usan para cobrar el acoso a la gente o directamente demandar”. Olaya matiza que los bancos venden a empresas como Lindorff paquetes completos de préstamos fallidos, y en casos como el que centra esta historia “no tienen ni la documentación que justifique la cantidad que reclaman”.
Cuando Lindorff decide demandar a alguien, “tienes diez días desde que te comunican la demanda para contestar u oponerte , y la mayoría de la gente ni contesta ni se opone, y entonces estas empresas se convierten en una apisonadora, y meten mano a las nóminas o a cualquier propiedad que tenga la persona. Van a por todo lo que tengas. Son empresas que son fábricas de hacer demandas”. Ante esto, el letrado Olaya hace un llamamiento a los afectados para “que no dejen pasar los plazos”, ya que, como celebra, “casos como este demuestran que a estas empresas se les puede ganar”.
Por eso, Antonio Olaya reitera la idea de que la gente a la que le llegue demandas de empresas que viven de los ‘fondos buitres’ “no tenga ninguna duda en oponerse, y reclame” para poner freno, como lo ha hecho el Juzgado de Primera Instancia 6 de Huelva, al carroñero afán muchas veces indocumentado de las empresas que se lucran con los ‘fondos buitres’.
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