Un veterinario de Aracena, en Huelva, ha puesto en marcha una iniciativa por la que solo cobra la mitad del precio de la consulta a personas en desempleo para que no dejen de llevar a sus mascotas al veterinario. Debido a su mala situación económica, estos dueños dejan de vacunar a sus animales, e incluso, si caen enfermos retrasan la visita al veterinario con la esperanza de que se recuperen por sí mismos. Esto puede suponer que una vez que la mascota llegue a la consulta su estado sea crítico y el tratamiento más caro, lo que obliga a estos dueños a optar por sacrificar al animal al no poder costearlo.
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