La UNIA se convirtió el pasado viernes en escenario de debate de Reservas de Biosfera con la entrevista realizada a Sergio Antonio Guevara Sada, coordinador del Comité MaB de la Red de Reservas Mexicanas, asesor del Comité sobre la Reserva de la Biosfera en Iberoamérica, profesor del Instituto de Ecología AC (Inecol), y profesor del Máster en Gestión Integral del Medio Natural ‘El desafío de la Sostenibilidad’, que desde hace catorce años se viene celebrando en la Sede Iberoamericana de La Rábida de la UNIA.
Este experto, que desde el pasado 17 de septiembre se encuentra en la sede rabideña de la UNIA impartiendo clases en este máster, ha resaltado la importancia global de la provincia de Huelva, señalando que es “un lugar muy idóneo para crear una gran reserva de la biosfera que involucre costas, humedales, montañas, y otros muchos ingredientes con los que cuenta esta provincia”.
Y es que, según ha explicado Guevara, la Reserva de la Biosfera trata de englobar una armonía entre lo natural y lo humano, “buscar una adecuación del medio natural integrándolo con lo urbano y lo rural, pues lo urbano, sin lo rural y natural no se explica. En las ciudades se vive en gran medida de lo que se produce en el medio rural y natural”.
En este sentido, Andalucía, y más concretamente Huelva, cumple con esta armonía contando con un núcleo urbano rodeado de explotaciones agrícolas y parajes naturales que convierten a nuestra provincia en eje de biodiversidad.
Además, este experto en reservas de biosfera, ha señalado la importancia que la cultura adquiere en esa relación que se establece dentro de una Reserva de Biosfera. “Integrar lo natural con lo cultural es el presente y futuro de la Biosfera. Si quitas uno de los dos acabas con la biodiversidad”.
En cuanto a las posibles amenazas que podrían asolar las reservas de la provincia onubense, el profesor ha apuntado que el medio debe adaptarse a los diversos factores de cambio, fruto de trasformaciones por la actividad humana o por cambio climático, pero dentro de un margen de maniobra adecuado en el que se consiga la armonía. “No es viable un proyecto que implique una trasformación brutal del paisaje natural, como se pretendía hacer en Doñana”, sentenció.