El delegado de Empleo de la Junta en Huelva, Juan Carlos Duarte, participó el pasado sábado en el "emotivo" acto celebrado en Berrocal para
recordar el 20 aniversario del incendio que arrasó hasta 34.000 hectáreas de monte público y privado de 13 pueblos de Huelva y Sevilla y en el que murieron dos personas.
Según ha indicado la Junta en sus redes sociales, consultadas por Europa Press, el acto incluyó un homenaje, como gesto de agradecimiento del Ayuntamiento y su actual equipo de Gobierno, a la localidad de Zalamea la Real, al Infoca y
a los miembros de la corporación municipal del año 2004, cuando por entonces, aquel fuego provocado arrasó gran parte de los términos de Berrocal, Aznalcóllar y El Madroño, causando la muerte a dos personas.
En el acto Duarte recordó "aquel terrible hecho que paró la economía de la zona, basada en la explotación forestal, el corcho y la dehesa, las explotaciones ganaderas y agrícolas siendo pasto violento de las llamas y que, después de dos décadas, nos sigue haciendo pensar y reflexionar en las graves y trágicas consecuencias devastadoras de lo fuego, sin olvidar todo lo que está de nuestra parte para evitarlo y para que no vuelva a producirse algo parecido."
Además, el delegado mantuvo un encuentro institucional con el alcalde de Berrocal, Ángel Luis Romero, y el teniente de alcalde, Abel Calero, con los que ha repasado las actuales líneas de subvención para la formación y la contratación de personas en desempleo, que la Consejería dirige a entidades locales.
Los
proyectos formativos destinados al empleo y el autoempleo, a la artesanía local y a la materialización de las actividades relacionadas con el corcho y su aprovechamiento, así como a la reactivación de las infraestructuras creadas en la localidad a raíz del incendio, "para que generen empleo y puedan ponerse en valor de manera definitiva".
Dos personas fallecieron dentro de su coche intentando escapar de las llamas y el pueblo de Berrocal tuvo que ser evacuado.
La sierra de Berrocal se quemó y, con ella, la actividad económica más importante del pueblo, que era la extracción del corcho, además del pastoreo y la apicultura.
La supervivencia de este pueblo forestal, como la de tantos otros, siempre ha estado relacionada íntimamente con la conservación de sus árboles, el cuidado del monte y el trabajo que sus riquezas proveen para la vida rural.
La Junta de Andalucía y el Gobierno central
movilizaron un montante de 77,6 millones de euros destinados a la restauración de los terrenos afectados por el fuego, 69,2 millones de euros la Junta y 8,4 millones de euros el Gobierno. Como consecuencia de estos trabajos se generaron 658.241 jornales.
Durante la primera fase, que finalizó en 2006, se llevaron a cabo actuaciones de corrección hidrológica tanto en fincas particulares como públicas, así como tareas de eliminación de árboles quemados, principalmente pinos y eucaliptos. También se realizaron refuerzos de poblaciones de flora endémica afectada y, además, como resultado de estos trabajos, un grupo de botánicos de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla halló en la zona quemada una población de Carex helodes, endemismo ibero africano que se había dado por extinguido desde 1964 y hoy en día dicha población está balizada y protegida.
La segunda fase, que se inició en el año 2005, consistió en la ejecución trabajos de repoblación y puesta en marcha de un proyecto de futuro para la zona. En total, en esta fase se plantaron en las zonas de insuficiente regeneración natural 2,4 millones de plantas de más de 20 especies, correspondiendo 1,4 millones a terrenos de Sevilla y 978.858 a terrenos de Huelva. Las principales especies utilizadas para la regeneración fueron el acebuche, algarrobo, alcornoque, encina y quejigo. También se realizaron numerosas reforestaciones participativas y campañas de educación ambiental.