El 12 de abril de 2023 comenzaban unas obras muy esperadas y demandadas por los vecinos del barrio de La Merced: la
remodelación de la plaza.
El objetivo era
acabar con un espacio degradado, que antaño fue lugar de reunión de los vecinos pero que en las décadas de los 80 y 90 vivió su peor época, provocando que el vecindario evitara este espacio.
Una plaza que era recordada por su imagen del pasado y que aspiraba desde hace muchos años a ser remodelada por completo para acabar con su inaccesibilidad y para que dejara de ocultar el BIC de la Catedral de la Merced y el edificio del convento mercedario, actual sede de la Universidad de Huelva.
Por ello, el inicio de esas obras, aunque no empezara por la plaza propiamente dicha, supuso
un antes y un después para el barrio.
Impulsadas por el anterior equipo de Gobierno, el del socialista Gabriel Cruz, las obras
comenzaron con el acondicionamiento de la calzada de la calle Médico Luis Buendía, para desviar por allí el tráfico que hasta entonces bajada, pasando por la Catedral, hacia Paseo de la Independencia.
Después, comenzó la demolición de los elementos de la plaza y
15 meses después, justo el plazo estimado de las obras, las vallas se retiraron y Huelva recuperó un espacio en pleno corazón de La Merced. Fue el pasado martes 23 de julio de 2024, con una gala lírica que llenó literalmente el nuevo espacio.
Entre medio, un cambio de equipo de Gobierno, ahora con la popular Pilar Miranda al frente, algunos cambios en el proyecto inicial, y
muchas opiniones sobre el resultado de las obras, porque gustos hay como colores, todo un abanico de posibilidades.
Pero lo cierto es que
Huelva ha ganado un nuevo espacio y la cantidad de gente que congrega cada noche, desde su reinauguración, da cuenta de que era una obra más que necesaria.
Apuntes históricos
La plaza de La Merced
toma su nombre de la Catedral y el antiguo convento. En sus comienzos fue una explanada que no tendría arboleda hasta mediados del siglo XIX, gracias a la siembra de palmeras conmemorativas del IV Centenario del Descubrimiento de América.
Hasta 1921 la plaza estaba aún terriza, pero se urbanizó y durante casi todo el siglo XX, el espacio estuvo marcado por la presencia de un templete de música en el que se celebraba la velada de la virgen de la Cinta, patrona de la ciudad.
Ya en el siglo XXI,
en el año 1975, el arquitecto Alfonso Jiménez Martín diseñó un espacio de estancia ajardinado y estructurado en diferentes alturas, con materiales modestos, básicamente obra de fábrica, hormigón y mobiliario de forja, utilizando colores ocres que empastaban con los de la Catedral y la Universidad que presiden su flanco Norte.
Ahora,
en 2024, la plaza escribe un nuevo capítulo en su historia, con un nuevo diseño que la ha convertido en un espacio totalmente accesible, con varias zonas que conforman islas verdes, rodeadas de bancos, y un sistema de iluminación que tiene especial protagonismo.
