Todo un año esperando y
por fin llegó el gran día: los Reyes Magos ya recorren las calles de Huelva repartiendo más de 13.000 kilos de caramelos y lo que es mejor, inundando la ciudad de la ilusión y la magia de la Navidad.
La llegada del Heraldo y el desembarco de sus Majestades y la Estrella de la Ilusión en el Muelle de Levante han sido la mejor antesala de un viernes para el recuerdo que comenzaba bien temprano con la visita de los Reyes a las residencias de mayores y los hospitales de la ciudad.
Una mañana cargada de emociones como preámbulo de
una Cabalgata que arrancó sobre las 15.30 horas del barrio de La Orden, tras la ofrenda floral en el Santuario de La Cinta. El desfile real salió del Centro Social Los Desniveles, siguiendo este itinerario: Obispo Lahiguera, Legión Española, Niágara, Humilladero de la Cinta, avenida Cristóbal Colón, avenida de Alemania, Los Emires, avenida Doctor Rubio, Gravina, Plus Ultra, Méndez Núñez, Puerto, La Palmera, Pablo Rada, San Sebastián, avenida de Andalucía, Galaroza, avenida Alcalde Federico Molina, Alameda Sundheim y avenida Martín Alonso Pinzón, para finalizar en el Ayuntamiento.
La cabalgata está integrada por
13 carrozas con unas dimensiones de ocho metros de largo por cinco de alto, con capacidad para albergar entre 10 y 16 figurantes, lo que supone unos 150 niños que recrearán los distintos escenarios, completando el desfile tres bandas, tres animaciones infantiles, una caballería integrada por 30 jinetes y 120 figurantes a pie.
En cuanto a los caramelos, casi 18.300 kilos, más que nunca en Huelva, que una vez más son blandos, tipo gominolas, para evitar accidentes y riesgos; más allá de los 1.640 kilos de confeti y 32.800 rollos de serpentina.
Entre las 13 carrozas,
con diseños espectaculares, destacan sin duda las dedicadas a la Estrella de la Ilusión y los Reyes Magos. De estilo modernista, para abrir la comitiva, el trono de la Ilusión, con destacada iluminación y adornos de escarcha, estará protagonizado por una figura femenina portando una estrella y cuatro enormes serpientes cobra. Melchor llega este año envuelto en un decorado medieval donde destaca una quimera alada a modo de gárgola de catedral y dos caballos de gran tamaño con lujoso atalaje entre estandartes reales. Gaspar se acompaña en esta ocasión de una figura imaginaria portando el cuerno de la abundancia y unas cariátides tras un pórtico de columnas griegas y decoración de volutas barrocas. Finalmente, Baltasar, con su tradicional ornamento de estilo africano, presenta una carroza protegida por cuatro feroces guardianes del trono, que sobresalen entre colmillos de elefantes y escudos tribales.
El resto de carrozas
incluye un poco de todo, sin olvidar el Belén tradicional. Hay para todos los gustos, eligiendo entre un idílico fondo marino, las Mil y una Noches de Aladino, la magia de Harry Poter, el misterio de la Astrología, la visita al Zoo del Gato con Botas, un pirata del Mar y sus artilugios de navegación, los juguetes que se escapan de la cartas de deseos en la Noche de Reyes y hasta un guiño muy onubense en homenaje a nuestro insigne pintor José Caballero y el dibujo que inmortalizó nuestra inolvidable Palmera de la Plaza Quintero Báez.
Y tras el paso de la Cabalgata,
toca irse pronto a la cama para que sus Majestades puedan hacer parada en cada casa de los niños onubenses.