El guitarrista Daniel Navarro Cruz, 'Niño de Pura', de 57 años, se despedirá de su público,
acuciado por la enfermedad de Parkinson, con una breve gira de cuatro conciertos en Córdoba, Sevilla, Huelva y Barcelona que el propio artista ha presentado este ¡jueves en Sevilla.
Los conciertos serán en Córdoba el 26 de enero, con Keko del Pino Moreno y Manuel Lombo; en Sevilla el 1 de febrero con José Joaquín y Arcángel, y
en Huelva el 20 de febrero, en el Gran Teatro, con Juan Carlos Romero y Argentina, mientras que en Barcelona será el 2 de marzo, con El Pele y Pastora Galván.
"He estado bastante bien, pero me he ido notando que la mano izquierda no me ha ido bien, y con el tratamiento he hecho incluso conciertos, pero ya me cuesta más trabajo", ha dicho el guitarrista al presentar estos cuatro conciertos de despedida, que se celebrarán entre enero y marzo.
'Niño de Pura', al que
se le diagnosticó Parkinson hace seis años, cuando acudió al médico porque se notaba cierta falta de respuesta en su mano izquierda, ha asegurado que nunca ha querido que se le haga un homenaje y que por eso pensó en estos conciertos porque -ha señalado- "el público me ha dado mucho, y quería agradecérselo por cómo se ha portado conmigo".
Con emoción contenida, el artista ha explicado a los periodistas que
su médico le ha advertido que la presión derivada de la responsabilidad de subir al escenario no le conviene, pero que él le ha replicado que precisamente ese reencuentro con su público y ver reflejado en su cara el entusiasmo puede favorecerle.
"Quitarme del escenario es muy duro, pero las circunstancias obligan", ha dicho el guitarrista sevillano, que fue discípulo de Manolo Sanlúcar y que piensa seguir trabajando "mientras pueda" con alguno de sus discípulos, entre los que hoy ha mencionado a uno de nacionalidad china del que ha asegurado que se convertirá en un gran artista.
De sus discípulos ha dicho que siempre quieren tenerlo al lado y que él en sus clases se entrega por completo y les ofrece "mucha información", de modo que piensa seguir impartiendo clases "mientras consiga estar a la altura".
Sobre el mejor recuerdo que se lleva de los escenarios, ha contado cuando tras un concierto en la ciudad de México, un chiquillo de no más de doce años que le dijo que era seguidor suyo le pidió un mechón de su pelo, para lo cual llevaba preparadas unas pequeñas tijeras, y que cuando el mismo se lo cortó, el niño se lo quedó llorando de emoción.
"Cuando uno necesita las cosas, se nota que la gente te quiere", ha señalado sobre la respuesta de los artistas que actuarán junto a él en este gira de despedida, que él mismo ha diseñado para que fuera breve y pudiera llevarse a cabo sin mayor pérdida de tiempo.
