Huelva

Regantes creen que el recorte del 50% de agua al regadío pone en jaque al sector

Señalan como "fundamentales" obras como la Presa de Alcolea, la transmisión de agua desde el embalse de Alqueva en Portugal o el suministro desde el Bocachanza

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  • Asamblea de la Comunidad de Regantes de Palos. -

Regantes de la provincia de Huelva creen que las restricciones de agua del 50% impuestas al regadío por la Comisión de Sequía del Tinto-Odiel-Piedras, "poner en peligro a un sector" que genera más de 200.000 empleos en la provincia y 1.700 millones de euros anuales.

El "recorte impuesto" del agua, para un sector vital, obliga a comunidades de regantes como la de Palos de la Frontera a poner en marcha medidas de "supervivencia" que garanticen "al menos la continuidad del sector", pero en la que se van a ver mermadas tanto la capacidad de producción como la rentabilidad de las explotaciones a las que se le suministra agua desde la Comunidad de Regantes (CR).

Desde la CR de Palos, a través de un comunicado, han hecho hincapié en solicitar al Gobierno Central las obras hidráulicas comprometidas y que no se han ejecutado y cuya ausencia "están marcando el camino hacia la ruina económica del sector" por lo que exigen que se lleven a cabo "con la mayor premura posible".

Así, han recordado que obras como la Presa de Alcolea, la transmisión de agua desde el embalse de Alqueva en Portugal, o el suministro de agua desde el Bocachanza, son obras "fundamentales" que en periodo de sequía serían "fundamentales para la pervivencia del sector, y el incumplimiento de estos compromisos ha "multiplicado exponencialmente los efectos perversos de la sequía".

Las restricciones se iniciarán el 15 de noviembre y desde la entidad de riego se están adaptando los contadores para "cerrar el consumo diariamente a la cantidad de agua permitida" en aquellas explotaciones que superen el agua permitida.

Del mismo modo, han mostrado su preocupación por los cultivos permanentes de la zona (arándanos y frambuesas) que necesitan de riego todo el año y cuya situación es si cabe más difícil, pues tienen que dividir una "exigua cantidad de agua" durante los 12 meses del año.

Ante estas medidas, y si la situación pluviométrica continúa igual que en los últimos años, muchos agricultores de la zona tendrán que elegir entre "terminar antes la campaña de riego sacrificando los últimos meses de producción o completar una campaña de la mejor manera posible pero sacrificando la del año que viene ya que supondría gastar antes de que termine el año el agua permitida por hectárea". 

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