Fundación Cepsa y la Universidad de Huelva (UHU) inauguran este miércoles un ciclo de cuatro mesas redondas, que tendrán lugar a lo largo del mes de octubre, para analizar y debatir sobre la importancia de conservar espacios tan vitales como los humedales. Una actividad que se enmarca en la celebración del 20º aniversario de la restauración de la Laguna Primera de Palos, según ha informado en una nota de prensa.
La primera de las sesiones, que tendrá lugar este miércoles, 'Ramsar, algo más que una convención internacional: La razón de un humedal' contará con la presencia del delegado de Desarrollo Sostenible, José Enrique Borrallo; el alcalde de Palos, Carmelo Romero; el doctor en Biología y exdirector del Parque Nacional de Doñana, Juan Carlos Rubio; el adjunto de Ramsar para Europa, Tobías Salathé; y la responsable en el área de protección ambiental de Cepsa, Lucía Santolaria.
La segunda mesa redonda lleva por título 'Conservación y restauración de humedales: caso Laguna Primera de Palos', y tratará con más detalle "este caso de éxito", mientras que la tercera abordará la importancia de la convivencia entre sectores de actividad, y para ello contará con opiniones expertas de la agricultura, el turismo y la industria. Para concluir el ciclo, en la última mesa se hablará de futuro con expertos en sostenibilidad de universidades de Madrid, Sevilla, Córdoba y Huelva.
La laguna Primera de Palos es un humedal que se encuentra próximo a las instalaciones Cepsa en Palos de la Frontera y que forma parte del Paraje Natural Lagunas de Palos y Las Madres. La importancia creciente de sus valores tras su restauración, llevó a que en 2006 fuera designada 'Lugar de Importancia Comunitaria' y ser declarada Humedal de Importancia Internacional (Zona Ramsar).
Los trabajos de restauración y puesta en valor se abordaron desde una triple perspectiva: la recuperación ecológica, la restauración paisajística y la sensibilización ambiental.
FASES DE RESTAURACIÓN
En la primera, se puso especial relevancia en la recuperación de áreas inundables de carácter somero, muy disminuidas en la laguna en las décadas precedentes y que resultaban esenciales para la reproducción de numerosas aves acuáticas. También la recuperación del bosque litoral (pinares costeros) y bosque ripario, dado su importante papel para la cría y refugio de fauna, así como por su capacidad de limitar los procesos erosivos y de colmatación de la laguna.
Para ello, se emplearon exclusivamente especies autóctonas (hasta 98), muchas de ellas desaparecidas del lugar, incluyendo un total de 17 especies de flora amenazada que debieron de aviverarse desde entornos próximos y fueron reintroducidas con éxito. Adicionalmente, se favorecieron las especies silvestres con frutos a fin de que sirvieran de atractivo y sustento a la avifauna.
A su vez, se mejoró la calidad paisajística de este espacio natural dado que se encontraba inmerso en un territorio muy antropizado. Para ello se modificó la topografía y crearon estudiadas pantallas vegetales que aíslan este enclave de las infraestructuras de su entorno (agrícolas, industriales y de comunicación) favoreciendo la intimidad y tranquilidad de las especies que la habitan y también de los visitantes.
El tercer foco de actuación recayó en la educación ambiental y la puesta en valor de la Laguna como recurso pedagógico, acercándola con ello a las poblaciones circundantes. Así, se creó una infraestructura para el uso público (itinerario botánico, observatorios para la avifauna recreando la arquitectura tradicional, señalización interpretativa, etcétera), y se elaboró diverso material divulgativo y didáctico.
Desde 2001, cerca de noventa mil personas la han visitado gracias a los diversos programas puestos en marcha por Cepsa y su Fundación: Campus de la Energía y Día Mundial de los Humedales, Jornadas Anuales de Puertas Abiertas, Jornadas de Anillamiento y los programas de visitas particulares y generales con los grupos de interés de Andalucía.
Paralelamente, y hasta el día de hoy, se ha profundizado en el conocimiento del espacio emprendiendo trabajos de investigación (sobre flora, insectos, anfibios, reptiles, mamíferos, aves migratorias, limnología) y seguimiento, que han permitido completar el inventario de especies presentes y detectar hasta un total de 78 especies amenazadas.
También se ha avanzado en conocer mejor su ecología y su problemática lo que permite priorizar y mejorar la efectividad de las actuaciones de cara a garantizar la conservación de este singular y valioso espacio.
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