Viejos y fumetas

Claro está que el tabaco es dañino y su directa relación con el cáncer es incuestionable. Pero no me creo que sea el único actor de esos “estilos de vida” que, según la consejera de Salud, han conllevado nuestro cancerígeno liderato

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Resulta que hubo una época no muy lejana en la que, por lo visto, en Huelva y en Cádiz éramos chimeneas andantes y los estanqueros eran millonarios gracias a nosotros porque, al parecer, en el resto de lugares del país también se fumaba, pero muy poco comparado con esta tierra de viciosos fumetas. Eso, ateniéndonos a la última explicación de la Junta sobre el incremento de mortalidad por cáncer en Huelva y su entorno, sucedía a mediados de los años 80, y años después, los fumadores empedernidos se fueron haciendo mayores y pagaron sus malos hábitos contrayendo la cruel enfermedad. Claro está que el tabaco es dañino y su directa relación con el cáncer es incuestionable. Pero no me creo que sea el único actor de esos “estilos de vida” que, según la consejera de Salud, han conllevado nuestro cancerígeno liderato. En su análisis, a María José Sánchez Rubio se le ha pasado por alto (cosas del directo) que en esos mediados de los 80 los onubenses que fumaban y los que no tenían el mal hábito de vivir rodeados por industrias químicas que trabajaban sin filtros ni controles de ningún tipo, haciendo de Huelva el semillero de tumores de todos los colores. Porque el cáncer no es un resfriado que entra de un día para otro. No. Es una enfermedad muy hija de puta que se engendra poco a poco. Quizá por eso, como dice la representante del Gobierno autonómico, la mayoría de los enfermos tienen de 65 años en adelante. Los mismos que en aquellos años y posteriores respiraban mierda 24 horas al día, 365 al año. Pero que no se obvie la muerte prematura, la juventud cercenada en tantos y tantos casos onubenses por la invasión temprana de los malditos tumores. Me parece muy triste que se nos siga acusando de no saber vivir y por eso antes morir. Me parece obsceno que se insista de nuevo en que aquí fumamos más; y que no se tenga la mínima decencia  para reconocer y explicar que en la relación industria-salud en Huelva se han dado pasos importantes. Pero también que hubo una época, esa misma en la que al parecer el onubense iba cavando su propia tumba, en la que, como gotas de agua golpeando en la frente una y otra y otra vez, era el sector químico el que fue sembrando de cáncer esta tierra que todo se lo traga. Lo demás, es tomarnos por gilipollas. Aunque pensándolo bien, fumar no sé si hemos fumado más que el resto, pero el gilipollas sí que lo hemos hecho más. Sobre todo soportando durante más de 40 años ese Polo Químico, al que todavía hoy más de uno y de dos y de tres estómagos agradecidos siguen poniéndole la otra mejilla. Anda que...

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