Hablillas

El puente

Ojalá que este puente haya sido tan silencioso como se esperaba.

Publicado: 01/11/2020 ·
21:18
· Actualizado: 01/11/2020 · 21:18
Autor

Adelaida Bordés Benítez

Adelaida Bordés es académica de San Romualdo. Miembro de las tertulias Río Arillo y Rayuela. Escribe en Pléyade y Speculum

Hablillas

Hablillas, según palabras de la propia autora,

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Es uno de los más silenciosos del almanaque, igual al de hace años, cuando connotaba descanso escolar después de haber asistido a la misa por los difuntos en la capilla. A pesar de lo triste de la jornada vivíamos alegres, rozando el nerviosismo por el asueto. Si pudiéramos contarlos, bastarían los dedos de una mano y sobrarían, porque incluso teníamos clase los sábados por la mañana, con lo cual era muy difícil este enlace circunstancial. Al oírlo por primera vez nos sonó tan raro como la explicación: el salto, como la pídola, de un día de clase entre un domingo y otro día festivo. La revelación o el descubrimiento fue tan sorprendente como un premio o un regalo a destiempo. Por eso, cuando había una fiesta en la semana nos apenábamos pensando en ese puente tan particular cerrado por decisión del colegio, creíamos. Aprovecharlos para viajar ha sido posterior, cambiando incluso el concepto, como un preámbulo de las vacaciones navideñas, siendo los niños de entonces quienes hemos ido alimentando una cultura ocasional o en su caso impensable en aquellos días por exclusividad.

 Ante un presente tan oscuro y desalentador, no hay más remedio que colaborar para soportar este revés y así poder mejorar nuestro futuro. Con buen criterio, hay quienes han decidido pasar este puente en un silencio relativo y como entonces salvando la modernidad, es decir, con televisión, juegos de mesa, charlas y lectura, dedicando un rato a honrar la memoria de los fieles difuntos acompañando a sus mayores a la misa por ellos. De todas formas, las nuevas tecnologías han posibilitado unir el asueto con el cumplimiento tradicional, ofertando visitas a cementerios en un pasado reciente. Dicho así suena tétrico, pero quienes eligieron estas rutas, al recordarlas hoy coinciden en que el camposanto de Estocolmo es el que mejor define el concepto de paz tanto espacial como visualmente, regalando además un baño de bosque, tan demandado en la actualidad. Otros, en cambio, prefieren los de los pueblos pequeños, sin embargo todos son una manifestación de la serenidad, una acepción cuyo número no figura en el significado impreso de la entrada en el diccionario.

Ojalá que este puente haya sido tan silencioso como se esperaba, que el desespero no lo haya alterado, a pesar de las imágenes diarias. Recordemos: la prudencia y el juicio nos hacen responsables descubriéndonos, además, alternativas para disfrutar de la casa y en casa. Ánimo y paciencia.

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