No llegó a ser tema del día, pero fue un pulso para la actualidad, que tuvo que hacerle sitio. Con la intriga dividida, los huelmeños transmitieron su miedo y hasta el desamparo por culpa de la pantera negra que se paseaba por el campo, escapada, como se dijo, de la jaula de un propietario extravagante. La noticia no pudimos menos que relacionarla con el cocodrilo del Pisuerga de hace unos meses, sin embargo el pánico aún es el amo de las horas. La pregunta es cómo trataron el asunto con los niños, porque ha sido en estos días cuando han empezado las clases. Por mucho que los padres hayan querido quitar hierro al asunto, no habrán podido evitar el comentario de un vecino o los de la misma televisión. Más de un pequeñín habrá tenido pesadillas y dolores de tripa pensando si al ir al colegio aparecería la fiera corriendo hacia ellos desde el otro lado de la calle. En las imágenes hemos visto a los vecinos de este pueblo granadino relativamente calmados, pero el pánico ha sido inevitable hasta que los agentes de SEPRONA se han hecho cargo de la situación. Ellos y la fotografía de Alfonso Azaustre, especialista en escenas de naturaleza, donde muestra claramente que la pantera es un gato negro enorme.
Ante el pc, el espectador curioso ve los ciento treinta y cinco millones de entradas sobre el tema, con imágenes tan enternecedoras como escalofriantes, dada la longitud y el peso de los felinos que abrazan sus dueños, quienes no pueden disimular el esfuerzo al sostenerlos, ya que son gigantes. Conforme se van abriendo entradas, el curioso piensa si hubiera aparecido donde habita. Qué habría hecho aquí, en La Isla, semejante animal. Asustado por los alaridos del tranvía, habría bajado Doctor Cellier para adentrarse en la marisma y desaparecer. En el caso de este gato serval, observamos que el cariño a los animales es desbordante. Claro que también fueron cachorros y han ido creciendo a la vez que los miembros de la familia de adopción, disfrutando -que no compartiendo- sitio y espacio. Llegados a este punto, nos preguntamos por el dueño. Si lo tiene, ha debido de echarlo de menos, pero la actitud del animal inclina a pensar en abandono, dijeron. En fin, el felino no ha sido atrapado mientras se han ido escribiendo estos renglones, pero los huelmeños están más esperanzados, aunque el peligro aceche. Terminamos con el humor de un tuitero al escribir “todo es posible en Granada” bajo la noticia. Seguro que Manolo Escobar lo habría subrayado. Por aquí se han limitado a avistar un dinosaurio por Las Canteras saltando entre los móviles.
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