Granada

Petición de trece años de cárcel para el acusado de asestar 15 puñaladas a su exnovia

En la última sesión del juicio, que ha quedado visto para sentencia, la fiscal ha mantenido la agravante de parentesco

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  • Primera sesión del juicio en la Audiencia de Granada. -

La Fiscalía ha mantenido este miércoles su petición de 13 años de prisión por un delito de asesinato en grado de tentativa para el hombre que ha sido juzgado esta semana en la Audiencia de Granada acusado de asestar a su expareja más de 15 puñaladas en los Jardines del Triunfo de Granada en mayo de 2019, poco después de que ella decidiera poner fin a la relación.

En la última sesión del juicio, que ha quedado visto para sentencia, la fiscal ha mantenido la agravante de parentesco y ha modificado la agravante de género como muy calificada, según han detallado a Europa Press fuentes del caso, después de que el acusado confesara parcialmente los hechos el pasado lunes durante su declaración. La acusación particular, ejercida por la víctima, que logró sobrevivir a esta brutal agresión, ha solicitado 15 años de prisión por el mismo delito, orden de alejamiento y libertad vigilada.

Los hechos se remontan a las 20,45 horas del 16 de mayo de 2019. Hacía aproximadamente un mes que la víctima, que tiene una hija menor de edad, había roto la relación tras unos meses de noviazgo. En su declaración ante el tribunal, el acusado relató que estuvo bebiendo cerveza todo el día y deambulando por Granada, hasta que al caer la tarde se pasó por la zona del Triunfo, pues pensaba que su expareja, de 33 años, "lo mismo estaba por allí".

La encontró acompañada de un amigo y les pidió un cigarro, ante lo que, según su relato, le insultaron y tacharon "de borracho". En ese momento, dijo, "ya no era yo". "Cerré los ojos, saqué la navaja y se la clavé muchas veces (...) cuando abrí los ojos la vi en el suelo y eché a correr", relató, asegurando que no recuerda nada más; ni los gritos de la gente que estaba viendo la agresión pidiéndole que parara, ni haber amenazado a varios de ellos con el cuchillo cuando trataron de acercarse, ni los adoquines que le tiraron varias personas para que dejara de asestarle puñaladas. La Policía que intervino en el caso no apreció en él signos de estar bebido.

La mujer necesitó tratamiento médico y quirúrgico ante las lesiones sufridas, de las que tardó en curar más de un año y pasó más de tres meses hospitalizada. Ha perdido la visión del ojo izquierdo y, además de los trastornos psicológicos que le ha generando la agresión, le han quedado múltiples cicatrices en la cara, tórax, abdomen, espalda, miembros superiores e inferiores, entre otras secuelas.

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