El Juzgado de Instrucción 5 de Granada ha acordado iniciar el procedimiento para que sea un jurado popular el que juzgue al acusado de asesinar el pasado 15 de octubre de un tiro al guardia civil José Manuel Arcos Sánchez en Huétor Vega (Granada), al que atribuye un total de ocho delitos por acabar con la vida de este agente y por disparar también contra la compañera que le acompañaba.
En un auto, al que ha tenido acceso Europa Press, el juez ha fijado una fianza de 150.000 euros para el investigado para asegurar las responsabilidades pecuniarias que se le pudieran imponer en este proceso e incoa el procedimiento para el juicio ante el Tribunal del Jurado.
Considera el magistrado que de momento existen indicios fundados de ocho delitos, sin perjuicio de la posterior calificación que hagan las partes. Uno de homicidio consumado, otro de homicidio en grado de tentativa, dos delitos de atentado a agentes de la autoridad, dos de robo o hurto de uso de vehículo de motor y otros dos delitos de tenencia ilícita de armas.
El juez hace un relato de los hechos en el auto, donde explica que el agente fallecido y su compañera, pertenecientes al Puesto de La Zubia, estaban aquel 15 de octubre prestando servicio de Seguridad Ciudadana de 22,00 a 6,00 horas, a bordo del vehículo oficial, uniformados y con sus armas reglamentarias.
Sobre las 4,00 horas se encontraban circulando desde la salida de la autovía Ronda Sur hacia la gasolinera BP, ubicada en la rotonda de acceso a la localidad de Huétor Vega, cuando observaron desde su vehículo una maniobra sospechosa en un coche que presuntamente había sido sustraído por el investigado, por lo que comenzaron a seguirlo.
En el tramo de carretera hasta llegar a la travesía de la localidad activaron los indicativos luminosos, "pero el vehículo en vez de parar aceleró su marcha entrando a alta velocidad en la población".
Viendo que no se detenía, activaron las señales acústicas y a través del micrófono externo se le conminó a hacerlo, aunque continuó conduciendo callejeando hasta que colisionó con otro vehículo que estaba estacionado.
El investigado "cogió una mochila y salió huyendo a pie", por lo que los agentes comenzaron a perseguirlo gritando varias veces "alto Guardia Civil, párate, párate".
Viendo que no se detenía, el fallecido efectuó dos disparos intimidatorios al aire mientras el individuo entraba en la calle Tempranillo. En ese lugar el agente sacó su defensa extensible y dio indicaciones al presunto homicida para que se tirara al suelo, mientras su compañera "como podía le sujetaba".
El guardia civil le llegó a dar un golpe en la pierna, pero no cayó al suelo y logró huir, según se expone en el auto, que avanza el diario 'Ideal'. Comenzaron de nuevo la persecución pero "a la agente se le cayó el portófono al suelo, lo que hizo que perdiera distancia respecto a su compañero", por lo que empezó a guiarse por las voces de ambos, cruzando zonas ajardinadas.
Fue en ese entorno donde el investigado presuntamente cogió el arma reglamentaria del agente que le había dado alcance y tras un forcejeo entre ambos le disparó en la zona del abdomen, lo que posteriormente le causó la muerte. Relata el juez que su compañera observó "cómo caía al suelo y cómo el investigado comenzó a correr".
"La agente tiró la linterna al suelo, desenfundó, montó su arma y salió hacia el individuo que le llevaba unos 20 metros de distancia y efectuó un disparo intimidatorio al aire a la vez que gritaba 'alto'". En ese momento, el presunto homicida se dirigió hacia ella y supuestamente la disparó sin llegar a alcanzarla.
Posteriormente huyó con el arma reglamentaria del agente fallecido y se dirigió a un cortijo donde se escondió, se cambió parcialmente al menos la ropa y se apoderó de otro vehículo. Finalmente fue detenido sobre las 10,00 horas en un control policial. En el interior de la mochila que lanzó durante la persecución llevaba un subfusil.
El Juzgado acordó en su momento el ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza para el presunto homicida, que cuenta con un amplio historial delictivo. En la causa se ha personado como acusación particular la familia del agente fallecido, que estará representada por el reputado letrado Javier López García de la Serrana, director del bufete jurídico HispaColex.
El Ayuntamiento de Huétor Vega dedicará un monolito y una plaza a la memoria del agente y sus compañeros, a través de la Asociación Guardias Civiles Solidarios, han pedido al Ministerio del Interior que se acceda a concederle a título póstumo una mayor condecoración, la Cruz de Oro con distintivo rojo, de lo que el Gobierno acaba de dar traslado a la Dirección General de la Guardia Civil.
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