El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, maneja como único escenario que los suyos gobiernen Andalucía tras las próximas elecciones autonómicas. No sólo porque tenga la obligación política -al igual que el resto de formaciones- de salir a ganar y de pregonarlo cada vez que visita la comunidad andaluza, sino porque comienza a dar pistas de que en esta ocasión el PSOE no contará con la formación naranja como aliado para seguir gobernando o, al menos, parece que no será la primera prioridad de Ciudadanos.
Preguntado en la Feria de Sevilla si respetaría la máxima de su partido de facilitar la gobernabilidad en todos los territorios y apoyar a la lista más votada, respondió sin vacilar: “No me gusta hacer política ficción”. En efecto, nadie sabe a ciencia cierta quién va a ganar y cómo será el reparto de diputados, pero ya Ciudadanos no repite hasta la saciedad su mantra de que debe gobernar el candidato que coseche mayor número de votos. Casualidad o causalidad, los líderes del PP andaluz han repetido lo mismo en las últimas semanas: estarían dispuestos a renunciar a su máxima de que debe gobernar el partido con más apoyo electoral –lo reiteraron hasta la saciedad cuando ganó Javier Arenas y pactaron Griñán y Valderas un gobierno de coalición- si con ello acaban con casi cuatro décadas de hegemonía socialista.
Por tanto, no es política ficción colegir que, sin mayorías absolutas a la vista, los pactos determinarán el nuevo inquilino de San Telmo. Y es ahí donde cada partido maneja sus propias cábalas. El PSOE busca “ganar y ganar bien” (50 parlamentarios es la cifra que parece tener tatuada en su mente Susana Díaz para impedir que PP y CS sumaran juntos una mayoría de gobierno). El PP desea encumbrar a Juan Manuel Moreno, pero ya baraja la posibilidad de darle la presidencia a Juan Marín si Cs es segunda fuerza con tal de quitarle el poder a la presidenta.
Este panorama sólo sería posible con la respuesta que dio días atrás Albert Rivera al dejar abierto el abanico de un pacto entre perdedores -como dirían los populares-para desbancar al ganador. Así las cosas, destacados diputados de Podemos alertan de que en esta ocasión será necesario que la izquierda se una porque, según afirman literalmente, “Cs no es de fiar”. Bien haría el PSOE en estar alikindoi-expresión gaditana que indica un estado máximo de observación y atención para actuar-con esta advertencia de quienes en esta legislatura han sido de los que los socialistas no se podían fiar.
Posdata: Quedan 618 días para que finalice el injusto peaje de la AP4.
Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es
