Huétor Tájar, en el Poniente de Granada, acogerá el entierro de los restos del militante antifranquista Cipriano Martos exhumados este mes de enero en el cementerio de Reus (Tarragona) y pendientes de las pruebas de ADN.
Cipriano Martos murió al ingerir ácido sulfúrico tras ser torturado y detenido en 1973 y sus restos fueron localizados este enero en la fosa 11 del cementerio general de Reus.
El Ayuntamiento de Huétor Tájar (Granada), su pueblo natal, ha ofrecido su colaboración a la familia de Martos para que sus restos puedan ser enterrados en esta localidad granadina casi medio siglo después de ser asesinado.
Tras un mes de excavación -las tareas se iniciaron el 12 de diciembre-, los arqueólogos que trabajan sobre el terreno encontraron los restos de un hombre adulto joven, a cuatro metros de profundidad, con características muy coincidentes con Martos.
Tras un acto en el cementerio de Reus presidido por el presidente de la Generalitat de Cataluña, Pere Aragonés, y la consellera de Justicia, Gemma Ubasart, además de familiares del hueteño, los restos se trasladarán al camposanto de su pueblo en cuanto las pruebas de ADN certifiquen su identidad.
En caso de confirmarse, la familia de Cipriano Martos prevé trasladar sus restos para que reposen en el cementerio de Huétor Tájar junto a sus padres, "que murieron con toda la pena en el alma por no haber podido besarlo, ni tan siquiera verlo, cuando murió", ha afirmado Antonio Martos.
El alcalde de Huétor Tájar, Fernando Delgado, se ha puesto en contacto con Antonio Martos para trasladarle su satisfacción por que, después de medio siglo, "la familia de Cipriano por fin ha podido conocer el paradero de su cuerpo y enterrarlo como se merece en su tierra", para lo que el Ayuntamiento ha ofrecido toda la colaboración.
La fecha del entierro está condicionada a los resultados del ADN, según han explicado a EFE fuentes municipales.
Cipriano Martos nació en 1942 en el seno de una familia de campesinos pobres y emigró en 1969 a Sabadell (Barcelona), donde se politizó y se enroló en el PCE y el FRAP.
Ya en la clandestinidad, el partido lo destinó a una célula en Reus, donde en agosto de 1973 fue detenido por la Guardia Civil, que lo interrogó durante más de dos días, hasta que la ingesta de ácido sulfúrico obligó a ingresarlo en el Hospital de Sant Joan, donde agonizó durante 21 días, sin que su familia supiera dónde estaba.
El caso fue incluido en 2014 en la macroquerella ante la justicia argentina por crímenes del franquismo.
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