Gente en mi memoria

Cayetano, el corazón dolorido de los Alba

‘De Cayetana a Cayetano’ atrapa al lector/a desde la primera página: un ejercicio de sinceridad que necesitaba -dice- el hijo preferido de la duquesa de Alba

Publicado: 28/11/2019 ·
20:19
· Actualizado: 01/12/2019 · 16:39
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Autor

Manuel Delgado

Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Actualmente es periodista de Canal Sur Radio

Gente en mi memoria

El autor aborda en este espacio de una manera personal y desenfadada la crónica social en nuestro país

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Con Cayetano Martínez de Irujo, duque de Arjona y Conde de Salvatierra, de 56  años, parece confirmar la frase de la escritora Ana María Matute: a veces la infancia es más larga que la vida. El quinto hijo de la duquesa de Alba, influenciado por los duros trances de su niñez, no ha podido pasar página  y  ha escrito ‘De Cayetana a Cayetano’ (La Esfera de los Libros), el amargo   viaje de un niño atormentado que, a pesar de los años, no ha logrado aún alejarse de sus demonios familiares.

Cayetano es un ser humano que conoce como nadie los privilegios y los rigores de la aristocracia. Ha preferido esta vez la inmortalidad de la obra escrita al diván del psiquiatra para hablar -a corazón abierto- de su madre, sus hermanos, las mujeres, los maridos de mamá o su descenso al infierno de las drogas.

“Padecía un problema emocional, era carne de cañón para convertirme en prisionero de  algunas sustancias…”, confiesa Cayetano. Sobre su madre: “Mi madre fue  un diez en muchas cosas, pero fue hija única, no tuvo referencias y no  ha sabido gestionar la familia como tal”. Explica sobre su hermana  Eugenia, la pequeña de los Alba: “Quise serlo todo (padre, hermano mayor, amigo) y quizás no conseguí nada”.

Las cuidadoras que tuvo en su infancia le dejaron heridas  en su personalidad que Cayetano arrastra como una pesada cruz: de una de ellas recuerda que le pegaba con un bambú.

Capítulo aparte merecen los maridos de mamá, la ‘reina’ que dirigía con mano de hierro el timón de la Casa ducal. Luis Martínez de Irujo -padre biológico de nuestro protagonista- murió sin poder despedirse de su hijo porque Cayetana se lo impidió. Del exjesuita Jesús  Aguirre -el escritor Manuel Vicent escribió una magnífica obra sobre este personaje-, el corazón dolorido de los Alba dice rotundo: “Era muy culto, pero cero humano. Era muy malo”. De Alfonso Díez -Cayetana se enamoró de él con ¡84  años!, algo que levantó las suspicacias de la familia- recuerda Cayetano: “Pasaban muchas horas viendo películas antiguas, una de sus grandes pasiones”.

Han pasado cinco años de la muerte de mamá Cayetana, el eslabón que mantenía unido al clan familiar de los Alba. La distancia afectiva entre los seis hermanos ha quedado clara en una misa celebrada en Sevilla para recordar ese aniversario a la que solo asistió Cayetano.

‘De Cayetana a Cayetano’ atrapa al lector/a desde la primera página: un ejercicio de sinceridad que necesitaba -dice- el hijo preferido de la duquesa de Alba. Una obra que me trae a la memoria las palabras de la escritora francesa Simone de Beauvoir, referente del feminismo, cuando afirmaba que la familia es un nido de perversiones.

 

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