Galicia

Los tripulantes del narcosubmarino dicen estar "arrepentidos"

han explicado que decidieron participar en la travesía por necesidades económicas y han rechazado delatar al resto de implicados

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  • Agentes de la Policía y de la Guardia Civil manipulan la cocaína interceptada en el narcosubmarino. -

Los tres tripulantes del narcosubmarino interceptado en las costas gallegas en noviembre de 2019 con más de 3.000 kilos de cocaína a bordo han asegurado estar "arrepentidos" y han explicado que decidieron participar en la travesía por necesidades económicas y han rechazado delatar al resto de implicados.

En la vista oral del juicio iniciada este lunes en la Audiencia de Pontevedra, el español Agustín Álvarez, patrón de esta embarcación semisumergible; y los ecuatorianos Luis Tomás Benítez y Pedro Roberto Delgado, han confesado su participación en el transporte de la droga.

El narcosubmarino acabó hundido entre las rías de Pontevedra y Vigo con la droga en su interior cuando las autoridades, que estaban esperando su llegada, frustraron la operación.

Álvarez, que tan solo ha respondido a las preguntas de su abogado, ha afirmado que aceptó ponerse al frente de la nave "por necesidad económica", pero ha asegurado que los tripulantes no eran los dueños de la mercancía y que se comunicaban vía satélite con tierra.

Los dos ciudadanos ecuatorianos, que tampoco se han sometido al interrogatorio del fiscal, han confirmado esa motivación económica, Benítez por la "crisis" de su país y Delgado para costear el tratamiento médico de su hijo de dos años, enfermo de cáncer.

Ninguno de los dos ha querido delatar al resto de los implicados en esta operación: "Pondríamos riesgo nuestra vida y la de nuestra familia", han alegado.

Al reconocer los hechos, los tres acusados han confirmado que, en septiembre de 2019, salieron de Brasil a bordo del narcosubmarino y cruzaron el Atlántico con la droga hasta Galicia, en donde, según el fiscal, les esperaban en tierra otras cuatro personas.

Estos cuatro acusados, entre ellos Iago Serantes, con domicilio fijado en Mallorca, aunque natural de Vigo, y que según los investigadores fue el cabecilla de la organización, han defendido su inocencia en una breve intervención en la vista oral.

La Fiscalía solicita trece años y medio de cárcel y dos multas de 300 millones de euros para los siete acusados por delitos contra la salud pública, por la "extrema gravedad" de la cantidad de droga transportada y por el uso de esta peculiar embarcación, que se ha detectado por primera vez en España, para evitar ser detectados por las autoridades.

El juicio, que ha comenzado sobre las 10:30 horas, entre gran expectación mediática y entre grandes medidas de seguridad, tiene previsto continuar hasta el próximo viernes.

Además de la declaración de los tres tripulantes -los otros cuatro acusados lo harán al final de la vista oral-, en esta primera jornada han pasado por el tribunal agentes de la Guardia Civil que participaron en la investigación de esta operación antidroga.

Han explicado que este dispositivo se puso en marcha tras una alerta recibida desde Lisboa, y han reiterado que las cuatro personas que esperaban en tierra tenían planeado salir al encuentro del submarino y hacer el trasvase de la droga para recogerla en una playa.

Los agentes han asegurado que, al verse sorprendidos por las autoridades, los implicados decidieron "deliberadamente" hundir la embarcación para intentar recuperar la droga, que iba en fardos impermeables, más adelante mediante medios subacuáticos.

Casi todos los detenidos, salvo uno de los tripulantes que fue detenido en ese momento al intentar sin éxito huir a nado, fueron arrestados en días posteriores, salvo dos de los que esperaban en tierra, localizados en sus casas de Palma de Mallorca y Lleida meses después.

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