Málaga es más negra. O, al menos, la ciudad ha celebrado el I Festival de Novela Negra de Málaga y Provincia y el éxito ha sido rotundo. ¿Por qué nos atrae el crimen? ¿Qué poderosa fuerza atávica ata a los lectores con las tramas negras? ¿Por qué cada vez más escritores se dedican a la novela negra, por qué hay cada vez más editoriales y sellos interesados en este tipo de narraciones? ¿Por qué en las plataformas las más vistas son siempre las series de este estilo? Málaga avanza como escenario de este tipo de historias y son muchas ya las primeras firmas nacionales que eligen nuestra ciudad para situar sus tramas. Ello se debe, sin duda, al auge económico, urbanístico y turístico de la Ciudad del Paraíso, que, en su crecimiento sin fin, también se estira en el ámbito literario y es ya foco de atención de numerosos escritores. A ello hay que sumar el auge de narradores locales que han dirigido su atención, sin duda, a la novela policiaca o negra, y esa efervescencia ha dado como resultado un festival llamado Málaga Negra que aspira a formar parte del circuito de certámenes patrios. Y no será el último, porque en otras provincias andaluzas se cuece ya una experiencia similar. Si Málaga era la ciudad de los museos, ahora lo es también de las tramas policiacas. ‘Crímenes de la ciudad herida’ era el lema del primero de estos festivales. Sabemos que en nuestros periódicos las noticias más leídas siempre son aquellas que tienen que ver con los sucesos o los tribunales, y, desde nuestra provincia para el mundo, escriben Javier Castillo o Juan Gómez Jurado. Son innumerables los escritores que dan forma aquí a sus historias. La memoria de Málaga, Salvador Jiménez, presidente de Zegrí, también guarda un importante semillero de historias acaecidas a lo largo de los siglos, un precioso arsenal que desglosó poco a poco en su intervención en este evento, que atrajo una considerable presencia de público durante los tres días y que, incluso, llamó la atención de la prensa. La literatura se abre paso en una ciudad que ha abogado por la cultura como forma de vida. Podemos ser críticos con cómo se han abordado ciertos proyectos, pero lo realmente importante es que vemos cada día que el menú en este sentido crece sin parar. Málaga también es negra. O eso dicen sus escritores.
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