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Disyuntivas

Cuando en 1996, después de años de sostenidas conspiraciones a lo pedro jota y clamorosos patinazos electorales del PP -recuérdese mayormente el del 93...

Publicado: 24/02/2019 ·
23:45
· Actualizado: 24/02/2019 · 23:45
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Autor

Manuel Expósito

Director general de Gestión de Medios Jiennenses

Expositor

El blog Expositor se centra en la crónica política de la semana en Jaén y provincia

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Cuando en 1996, después de años de sostenidas conspiraciones a lo pedro jota y clamorosos patinazos electorales del PP -recuérdese mayormente el del 93-, Aznar lograba vencer por poco más de un punto a Felipe, aún, sociológicamente, la suma de las izquierdas, por aquel entonces inviable en términos de gobernabilidad, era mayoritaria en este país. Hoy, 23 años más tarde, en cambio, la tragedia de la socialdemocracia española reside en que la contraindicación demoscópica de adicionar parlamentariamente al separatismo nacionalista, la deja cautiva y desarmada ante la previsión cierta de que el 28A logre ganar en las elecciones generales, al igual que hizo Susana Díaz en las autonómicas del 2D, pero sea finalmente incapaz de articular una alternativa real de gobierno que contrarreste el modelo andaluz de entente/engrase, 3 en 1, del tridente de derechas. Es el gran drama de la izquierda en 2019: la recuperación de la primera posición por parte de Pedro Sánchez solo se lograría a costa de Podemos, sumido en una crisis sin precedentes que amenaza con certificar la defunción de aquel espíritu indómito del 15M de 2011, cuando los indignados coreaban en Sol que “No hay pan para tanto chorizo” o que “No somos ni Romeo ni Julieta”, es decir, que “No somos marionetas”. En solo 8 años las cosas vuelven al casillero de salida: los que mandan, recomponiendo el tocomocho financiero, más arriba que antes; y los que pringan, descreídos, desunidos, en caída libre hacia esa parte tan familiar y conocida por el reduccionismo izquierdista patrio que es la insignificancia. Mientras los sanchistas de Jaén se quejan de la nula vocación integradora del alcaldable Julio Millán y el microcosmos morado jaenero vislumbra su división/atomización en las cercanas municipales, las derechas escenifican su gloriosa resurrección a través de la trinidad que conforma su ser: padre, Aznar; hijo, cualesquiera de los tres –Rivera, Casado y Abascal-; y espíritu santo, que nos recuerda –erre que erre- que en este país, no hace tanto, hubo una guerra.

Cónclave del PP de Jaén en el HO con la presencia, entre otros primeros espadas, de Teo García Egea, apertura, o la hipermovilización en pos de La Moncloa, y Juanma Moreno Bonilla, o solo nos falta la Dipu de Jaén. Protagonismo para el alcalde Cuqui sin ensombrecer al presi JD Requena. O sea, que para ser producto de la faena de trámite –no de aliño- de un presidente interino -medio millar de asistentes un sábado por la mañana-, la Convención del 23-F de los populares de la provincia principia, de veras, el tiempo de una reconciliación, a todas luces impostada y pretendidamente duradera, que se amalgama exclusivamente gracias a la conquista del poder en Andalucía. “Gobiernos para el servicio público” bautizaron el encuentro. O el efecto regenerador del poder en términos de disciplina. El amor ‘azul cielo’, el amor ‘pitufo’, pues, se pone de moda entre la gente del PP, se impone en las relaciones entre la dirigencia de un partido que gobierna tanto el Ayuntamiento de la capital como la Junta. Lo nunca visto. Eso mismo, hasta el paroxismo, este miércoles, 27-F, en el acto institucional de la banderas de la Comunidad. Se regalan abrazos. Contreras, emocionado, vuelve a despachar con Cuqui. Miguel Contreras regresa al despacho de alcaldía, cual hijo pródigo, tras el ostentóreo periodo de desencuentro mantenido con el nuevo mandamás del equipo municipal, el mismo que, de la noche a la mañana, sin margen de deglución entre el delfinato restante, suplió al amado líder –José Enrique, por cierto, acosado por el caso Matinsreg, supera en estos días, para más inri, una seria indisposición. Mucho ánimo. La salud es lo primero-. Las derechas triunfantes, a remolque de la rejuvenecida propuesta de nombres del PSOE local, ya oficializada, andan afanadas en apuntalar sus listas. Cuentan que tanto Salud Anguita como Javier Márquez habrían sondeado la incorporación del ex decano del Colegio de Abogados Javier Carazo. La coordinadora de Vox, concejal no adscrita, deberá de decantarse ahora por aspirar a la alcaldía o al Congreso. Salud, como María Cantos, lideresa naranja a lo ING, prefiere no perderse ningún tren. Cantos, cada día más jefa, reclamaba el otro día, al rector en campaña de la UJA, Juan Gómez, sin tapujos, una extensión del campus, en forma de facultad, o no, en el casco antiguo. María no entiende de medias tintas, todavía, pero una suerte de quintacolumnismo, riveristas de primera hora extendidos por la faz provinciana, conmilitones del dimisionario Ray Prieto, discute soterradamente la decisión del influencers Fran Hervías de imponer a toda costa en Jaén el ‘Ave María’. Por eso, la oposición a Cantos escudriña su ejecutoria como dirigente vecinal en busca de ponerle pegas al ‘sin pecado concebida’.

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