Como a Jaén, siendo forastero, se entra llorando y se sale llorando, los gobernantes de postín, o aspirantes a serlo, cuando parten de gira por provincias, de tarde en tarde, acostumbran a plantear, remordidos por la conciencia, planes de salvación que no se creen ni ellos mismos. Le ocurrió al dictador Franco, a quien quitábamos cínicamente el sueño; cuarenta años más tarde, al socialista Zapatero; y, la pasada semana, recurrente ocurrencia, al alicaído líder de los populares andaluces, Juanma Moreno Bonilla. Da igual de quién se trate: si asoman a Jaén con frecuencia, aprenden/aprehenden, de primera mano, nuestra realidad económica desde el desconocimiento de cómo acometer nuestra transformación en una sociedad moderna, autosuficiente. Entonces, llegado a este punto, de la chistera surge un ‘Plan Jaén’ que arreglará toda suerte de rotos y descosidos a través de la alineación de astros y la suma coordinada de esfuerzos de los departamentos de la administración pública, hasta traducirse en presupuestos de cifras redondas, orondas, de dudosa ejemplaridad, eso sí, en cuanto a plazos y grados de ejecución. Siempre falta, nunca se cumple, no deja de ser una retahíla de partidas engarzadas atropelladamente en las cuentas de ‘La vieja’ y de ‘La lechera’ que termina dejándonos exactamente a la misma distancia de los penúltimos. Pero, aun así, ya digo, ellos, a base de alardear de planificaciones quinquenales, lavan la incompetencia de su conciencia mientras nosotros asistimos, desengañados, a una nueva entrega del reality ‘Plan Jaén’, donde, a la postre, cuando concluye el concurso televisivo, no se siente vencedor realmente nadie: ni quien resiste, tiene que salir o se muere de asco. Nadie es… nadie, seamos honestos.
La resistencia, no obstante, merece tantas veces elogios y alabanzas cuando sus políticas fijan en el territorio a la población más desprotegida, la que poco o nada puede hacer para subsistir, sin raíces, sin tierra a la que aferrarse, yéndose a ninguna parte. Ahí radica históricamente el éxito electoral del PSOE en Jaén y Andalucía. Es el plus que, aquí, hace ganar o perder elecciones. Por eso, para hablar de planes, en serio, los aprendices de brujo que los venden y los proclaman, alegre y gratuitamente, debieran pasarse primero por Linares, vía muerta de mil promesas incumplidas de reindustrialización, después de miles de millones de ayudas públicas perdidos en un saco sin fondo, podrido de solidaridad y pólizas de prejubilaciones. Manifestación de ‘Todos a Una por Linares’, este pasado viernes, en Sevilla, ante San Telmo, de 700 a 800 vecinos, blandiendo 15.600 firmas y el soniquete “Susana, escucha, Linares está en lucha”. Por fin, más cercano que nunca al desencuentro, Juan Fernández, el alcalde díscolo, inhabilitado como militante socialista, arropado por su gobierno ‘Frankenstein’, dando la monserga, en vivo y en directo, debajo del balcón de su ex compañera Susana Díaz que, como cabía esperar, no le hizo ni caso, afanada como estaba en otros planes, los de la probable disolución del Parlamento, mañana, 9 de octubre, con la vista puesta en la celebración de los comicios andaluces el venidero 2 de diciembre.
Arropó, asimismo, las demandas de la plataforma linarense el coordinador de IU-Andalucía, Antonio Maíllo, hoy por hoy la otra mitad de Teresa Rodríguez en ‘Adelante Andalucía’. Sólo el 21 por ciento del censo votó en las primarias regionales de Podemos. En las bases jienenses de la IU oficial se advierten ciertas reticencias a hacer campaña, en las inminentes elecciones andaluzas, a favor de una candidatura encabezada por José Luis Cano, hoy en Podemos aunque ex renovador en IU-CA, al que detestan. Maíllo, candidato a la vicepresidencia con Teresa, prefiere que la disidencia intransigente, minoritaria, abandone la organización antes de poner en peligro la unidad en ‘Adelante Andalucía’. En esa misma línea, uña y carne de Alberto Garzón en la Federal, trabaja Ernesto Alba, secretario general del PCA, yerno de la dirigente tosiriana Dolores González, buen amigo de Francis Damas, concejal en el Ayuntamiento de Torredonjimeno y coordinador provincial de IU. Templar gaitas, alentando la unidad, la consigna generalizada.
Fomento. Orden y concierto. Por cierto, la sustitución hace poco más de medio año en la delegación territorial de la Junta, de Rafael Valdivielso por José Manuel Higueras, se completó en la jefatura de carreteras, despacho del polígono del Valle, con la llegada de Miguel Rosales –otrora alto técnico del área bajo el mandato político de Felipe López, tanto en el Ayuntamiento de Alcalá como en Diputación- en detrimento de Ramón García. Entre ingenieros de caminos andaba el juego. La ‘F’ de ‘Fomento’, en Jaén, pues, en efecto, suena ya rotundamente a ‘Felipe’.
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