La plataforma “España Ciudadana” amenaza con pintar de naranja la cara de Pablo Casado si las circunstancias acompañan. Mientras el depauperado nuevo líder nacional del PP tilda el gobierno ininterrumpido del PSOE en Andalucía de “anomalía” democrática, Albert Rivera e Inés Arrimadas aterrizan en Sevilla con un decálogo de reformas para garantizar “la igualdad y la unidad de España” y, de paso, intentar en la inminentes elecciones autonómicas andaluzas imponerse a los populares en la disputa de la hegemonía del centro derecha. ¿Y si lograran sumar entre ambos 55 parlamentarios? Tras soportar estoicamente el sol implacable del veranillo de San Miguel hispalense en la clausura de la convención ciudadana de dos días, una avanzadilla del núcleo fundacional de Cs, entre los que destacaban Agustín Rivera –padre del líder supremo, profeta de trastienda- y Vicente Castillo –responsable de implantación, jienense de Villanueva del Arzobispo, afincado en Tarragona-, acompañados en todo momento por Miguel Moreno y Raquel Morales, se desplazaban con celeridad a Úbeda, en plena feria y fiestas, donde compartieron con una reducida representación de la militancia local almuerzo en una caseta cofrade y corrida de toros del mítico y legendario hierro de Miura en el coso de San Nicasio. Una alegoría de la que se les avecina: sangre, sudor y gloria. Concluyó, para siempre, la edad de la inocencia, la de la oposición rigurosa y los pactos de legislatura sin acceder a responsabilidades de gobierno. Llegada es la hora de ocupar despachos en ministerios y consejerías.
Susana Díaz apura el prólogo del anuncio oficial en agitadísima precampaña, con actos, visitas y saraos, de punta a cabo. La parsimonia con que la presidenta desenvuelve el caramelo envenenado del adelanto electoral pone a todo el mundo -salvo a ella, claro está- de los nervios: “Convoca ya, Susana, por lo que más quieras”. La dadivosidad de un gobierno a punto de convocar elecciones no tiene límites. La presidenta presentaba la pasada semana diez rutas gastronómicas por nuestra tierra bajo el título de “Andalucía, paisajes con sabor” y hete aquí que una facción de la derecha oleícola, en ocasiones ultramontana, montaba en cólera ante la ausencia de un itinerario culinario por nuestro oleoturismo. Paco Reyes recordaba que el sector, dada su creciente influencia, consultado al respecto en 2013, prefirió acciones promocionales individualizadas, en tanto el consejero del ramo, Francisco Javier Fernández, tras dar explicaciones en la Diputación de Jaén a olivicultores y hosteleros, zanjaba la polémica poco después confirmando la inclusión de dos nuevas rutas en la campaña a propósito del “Paisaje del olivo y el aceite de oliva” y la “Almería pesquera”. Es decir, café para todos y pare usted de contar y criticar.
Hoy, el día en que Susana podría desvelar el secreto peor guardado de la legislatura, la Diputación de Jaén celebra sesión plenaria donde verá la luz la declaración institucional “La PAC post 2020”, una preocupación latente que pese al ‘brexit’ no tiene porqué conllevar inequívocamente recortes. Es más, hay quienes, como Cristóbal Cano, de UPA, aseguran estar convencidos de que la próxima PAC será expansiva. A menos de ocho meses para los comicios locales, la mayor parte de los integrantes de la corporación provincial no tiene nada clara su continuidad. Partido judicial a partido judicial, en las comarcas se ha echado bastante en falta su presencia continuada durante estos casi tres años y medio. Algunos de ellos, las cosas como son, volvieron al pueblo solo para asistir a los plenos municipales, fijando entretanto su residencia estable en la ciudad de Jaén, olvidando en parte las urgencias vecinales cuya vindicación les trajo un buen día, casi de verano, a la capital. Es lo que tiene tocar pelo y hacerse mandamás, que pierdes el norte con relativa facilidad. Caso de revalidar mayorías, Paco Reyes está obligado a renovar el plantel gubernamental, conciliando necesidades consistoriales básicas, futuro organigrama de delegados territoriales de la Junta y, en última instancia, responsables del gobierno provincial. Alcaldes que no repetirían en cabeza en pos de otros destinos hipotéticos, ya sea en Diputación o Junta, mera cábala, simple especulación, como los de Cazorla, Antonio José Rodríguez; Bedmar-Garcíez, Juan Francisco Serrano; o Lopera, Isabel Uceda. En el PP jaenita, por su parte, el silencio de los corderos continúa sin ser sinónimo de paz duradera. Meses después de la renovación de la junta directiva provincial de NNGG, su número dos, Antonio Infantes, secretario general, se va, cuentan, sin conseguir trasladar a quien corresponde los motivos reales de su dimisión. Pecata minuta con la que está cayendo.
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