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El hangar de José Enrique

La ciudad de Jaén, a estas alturas, a poco más de un año de los comicios locales, es un escenario preelectoral predecible donde cada actor intenta salvar...

Publicado: 13/05/2018 ·
23:01
· Actualizado: 13/05/2018 · 23:01
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Autor

Manuel Expósito

Director general de Gestión de Medios Jiennenses

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El blog Expositor se centra en la crónica política de la semana en Jaén y provincia

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La ciudad de Jaén, a estas alturas, a poco más de un año de los comicios locales, es un escenario preelectoral predecible donde cada actor intenta salvar egoístamente sus muebles, su imagen pública, sin importarle demasiado la situación financieramente insostenible que arrastra el Ayuntamiento por culpa de acciones y omisiones de su particular puño y letra.  La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) ha pedido al Ministerio de Hacienda y Función Pública que “convoque y lidere” para los ayuntamientos de Jerez de la Frontera, Parla y Jaén una comisión de expertos para analizar las causas por los que estos consistorios “tienen un nivel crítico de riesgo de sostenibilidad” y proponer las soluciones más adecuadas. No hay consistorios españoles en la actualidad en situación tan mala. Pese a ello, o precisamente por ello, uno de los artífices de esa palmaria quiebra técnica, el ex alcalde Fernández de Moya, hoy secretario de Estado de Hacienda (“Consejos vendo que para mi casa no tengo”), sacaba pecho hace una semana al anunciar, en rigurosa exclusiva, primero en Sevilla, compartiendo plano con el delegado Antonio Sanz, y luego en Jaén, acompañado de la subdelegada Paqui Molina, el maná de 15 millones de euros de la estrategia europea DUSI -a la tercera va la vencida-, con destino a las depauperadas arcas del Ayuntamiento de Jaén. 15 millones que no son la panacea, sino solo un parche, por más que José Enrique y sus voceros lo vendan como una especie de repanocha cuya autoría, premeditada y caprichosa, corresponda personalmente a él. Ni antes pudo hacer más ni ahora ha hecho algo fuera de lo normal.

Con todo, el club de fans de Josenri en la capital del Santo Reino, reducido y pertinaz, propala la oportunidad de promover cuanto antes la iniciativa popular de imponer el nombre del político a una calle de la ciudad. La rueda de prensa del pasado lunes en el antiguo Gobierno Civil fue otra ocasión perdida para que Fernández de Moya hiciera algo positivo en pos de la promoción de su sustituto en alcaldía como aspirante oficial a la reelección. La foto de un reencuentro sincero y de una reconciliación sana entre el mentor y su discípulo se antoja cada día más lejana. José Enrique, posando con Paqui, mientras, con pocas horas de por medio, cada oveja con su pareja, el alcalde Márquez hiciera lo propio con su concejal Bonilla. Juntos, ya digo, ni para dar un pésame. Hay quienes, incluso, en el colmo del esperpento correligionario, se atreven a asegurar que han terminado mutuamente bloqueándose en WhatsApp. La única realidad constatable, horas después, no obstante, es que De Moya, con antelación, excluyendo a Javier Márquez de su mezquino lunes de gloria, contraprogramaba a sabiendas de lo que se cocinaba para el viernes.

Factor campo. Felipe López y Paco Reyes se avienen a firmar la paz del tranvía en el Palacio Municipal. Márquez, a la defensiva, pero no ya con el autobús delante de la portería como hiciera su antecesor, jugaba en casa. La Junta, tras otorgarle carácter metropolitano y licitar su adjudicación, asumiría el 75 por ciento del déficit de explotación anual en tanto el Ayuntamiento se haría cargo del 25 por ciento restante, sumándose la Diputación a la cuadratura del círculo con la aportación de unos 300.000 euros por ejercicio en inserciones publicitarias en el tranvía. Antes de poner en marcha el sistema tranviario, a ser posible a finales de este mismo año, eso sí, hará falta gastarse en arreglos no menos de 2 millones de euros. Que el Gobierno andaluz asuma la gestión, además de distanciar irreconciliablemente a Cuqui y Josenri, permitirá que el coste por billete se fije en solo 0,82 euros, independientemente de lo que tenga que decir en tribunales al respecto Castillo, la empresa concesionaria del servicio de autobuses urbanos. Todo, milimétricamente programado, tácitamente consentido, conforme a lo previsto. ¿No les parecería apropiada, así las cosas, una enmienda transaccional a la petición de una calle en honor al secretario de Estado de Hacienda, bautizando con su nombre las cocheras de Vaciacostales donde condenó al olvido una inversión pública de más de 120 millones de euros? “Hangar José Enrique Fernández de Moya y Romero”. ¿A que suena bien?

 

YO SOY AQUEL

14 de mayo. Protocolo de gala. Yo soy aquel. ‘El alcalde de Linares se complace en invitarle al acto de entrega del título de hijo predilecto a Raphael. Dani Campos se postula ya en redes sociales como precandidato del PSOE a la alcaldía, al tiempo que Juan Fernández, genio y figura, analógico donde los haya, pregunta a la dirección provincial si él puede hacer lo mismo. “Yo soy aquel que cada noche te persigue”. Los gestos, hoy, tendrán traducción simultánea. “Y estoy aquí, aquí, para decirte”. ¿Quién dará hoy más la nota?

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