Respeto por las reglas de juego. Casi nada es casual en política. Ni el último vídeo viralizado de Cristina Cifuentes ni la autoexpulsión de Miguel Contreras, portavoz del PP, en el último pleno de la Diputación de Jaén. Todo tiene su por qué. La razón del enconado enfrentamiento entre Paco Reyes, presidente de la corporación provincial y, por ende, de sus sesiones plenarias, concejal ejerciente de Bedmar, y el citado primer espada del principal grupo de la oposición tiene su origen en Garcíez, la ELA –Entidad Local Autónoma- dependiente del Ayuntamiento de Bedmar, que sostiene una tensa disputa competencial con el municipio matriz, centrada casi siempre en la capacidad jurídica de la ELA para recibir directamente el dinero de Diputación, sin pasar por el control del consistorio bedmarense. Comoquiera que la hegemonía histórica del PSOE en las urnas de Bedmar contrasta con los triunfos que viene repitiendo en Garcíez el alcalde pedáneo, presidente de la ELA, David Prieto, PP, la ocasión para la gresca vino dada a Miguel Contreras en el punto relativo al Plan de Apoyo a los Municipios, maná diputacional donde la reclamación de Prieto se encolerizaba hace justo ahora un año: ““Yo estoy harto de pedir en la junta asesora de alcaldes que se reconozca a todas las ELAs como beneficiarias directas de ayudas de la Diputación, como ya pasa en todas las demás diputaciones andaluzas (…) No es normal que en el Plan de Apoyo a Municipios 2017 municipios como Larva, que tiene cuatrocientos y pico habitantes, percibe 76.000€, y sin embargo, Garcíez, con los mismos cuatrocientos y pico habitantes, reciba 18.000€”. Contreras, pues, se ciñó a su guión e insistió hasta provocar la tercera advertencia del presidente del pleno y, por consiguiente, su expulsión. Paco Reyes quiso zanjar el debate, la discusión, seguramente ironizando, haciendo referencia a la singular oportunidad que tuvo Contreras de participar en su día en una sesión del Consejo de Alcaldes, en representación del Ayuntamiento y “ostentando por ese día la alcaldía de Jaén”. A esa alusión personal, a esa aclaración innecesaria, se aferró Contreras para forzar a Reyes al uso de una de las herramientas más perversas contenidas en los reglamentos de orden interno de los parlamentos democráticos: la expulsión de quien desacatara, persistente, la autoridad de la presidencia. El resto de diputados populares –recuérdese que los críticos Miguel Moreno y Enrique Puñal ya no pertenecen al grupo- acompañó solidariamente fuera de la sala a su portavoz. A toro pasado, indignación del PSOE por el ‘bochornoso espectáculo’ frente a la acusación de ‘mordaza’ por parte del afectado. Cada quien es cada cual. Con un poquito de ‘Fair Play’ nada de esto se habría producido.
Seguramente Miguel Contreras, a esa hora, ya era consciente de que otra desbandada en la bancada opositora iba a llevarse a cabo, el viernes, con total seguridad, en el inminente pleno de su corporación municipal, donde él gobierna pese a hacerlo en el seno de un equipo atrapado por la asfixia de la deuda, San Clemente y Santa María, la Secretaría de Estado de Hacienda y el Camarote de los Hermanos Marx. Las órdenes cruzadas entre el actual alcalde y su antecesor, el original y su mala copia. El Gobierno de Javier Márquez tuvo que transigir ante la última exigencia de la concejal no adscrita, tránsfuga, ahora cabeza de cartel local de Vox, apoyo fundamental en pos de la estabilidad, Salud Anguita. Si antes la ocurrencia, moción-marco, era la aplicación del 155 en Cataluña, ahora abanderaba una chusca, procaz y ultramontana versión del negacionismo de la violencia y de la discriminación de género. Jaén en Común no estaba y el PSOE, en plena defensa de la proposición por parte de una dirigente de Vox, ajena al pleno, hizo mutis por el foro. También Isabel Azañón, casualmente, se indispuso en ese trance. El papelón de Cuqui, en tesituras de este tipo, volvió a ser llamativo. Más cornás da el hambre.
NUEVA SEDE
Muy céntrica y en cuesta. La de la Agrupación Municipal del PSOE de Jaén. Otros cambios en la nueva etapa de Julio Millán apenas se adivinan todavía. Náufragos y aspirantes varios, y 4 sanchistas, 4. Lo de volver a presentar en primarias a José Sánchez, esta vez al puesto de alcaldable, se antoja empecinamiento de Ferraz. Militantes de rancio abolengo y algunos de sus vástagos. La fábrica de chocolate del hegemónico psoísmo jaenciano va ya por su tercera generación. Allí estaban, haciéndose ver, entre otros, Mar Shaw y Matilde Cruz, con su quiero y no puedo; Carmen Espín y María Luisa Grande, oficialmente disponibles; y Fernandez Palomino, Manolo, en fase de proyección/evasión junto a su leal Paco Estepa. Propios y algún que otro ajeno/majadero, y, por supuesto, outsiders, que es el futuro de la especie.
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