Eutopía

Visibles y sin disfraces

Hay gestos, imperceptibles, que cosifican. Aparentan ser inofensivos, hasta que por acumulación vemos sus intencionalidades

Publicado: 25/03/2019 ·
13:15
· Actualizado: 25/03/2019 · 13:15
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Autor

Belén Ríos Vizcaíno

Belén Ríos es trabajadora Social. Profesora de la Universidad de Huelva.

Eutopía

Activista Feminista. Compañera partícipe de la Defensa de los Derechos Humanos y Movimientos LGTBIQ

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Hay gestos, imperceptibles, que cosifican. Aparentan ser inofensivos, hasta que por acumulación vemos sus intencionalidades. Hay actos, que van erosionando, lentamente, la integridad de “ser y sentirnos” únicas, sin necesidad de requerir mitades o fracciones para darle sentido a nuestra existencia. Hay maniobras-sombra, que son lanzadas con la finalidad de denigrar, ya se sabe, que la mejor defensa es el ataque. Hay túneles, que no se encuentran a simple vista, no vayan a convertirse en la salida de las totalidades. Detrás de estas actuaciones, hay quienes tienen una necesidad patológica y soez, de hacer sentir inferior, con discursos o actos, a las mujeres. Existen demasiados complejos de superioridad, enmascarados en argumentaciones irracionales. Tantos, como espejos donde se refleja el dañino patriarcado. Y de esa raíz, surgen las incontables manifestaciones de los macro y micro machismos. Un combate, dónde los estamentos socioculturales, económicos o religiosos más cavernarios y sus “peones” justifican y normalizan la desigualdad que seguimos padeciendo las mujeres. No hay tregua en ningún aspecto. No hay respiro, cuando sufrimos la violencia de género, la feminización de la pobreza, el feminicidio, la esclavitud, la trata con fines de explotación sexual, la servidumbre, los matrimonios forzados, las mutilaciones, los “contratos” sexuales, o las persecuciones ideológicas… No hay paz, para quienes sabemos que hay una permanente vulneración de los derechos humanos y que se atenta contra todos los valores y los principios éticos. Y no hay, ni habrá progreso ni desarrollo, si un país, comunidad autónoma, provincia o municipio, no apuesta (sin descanso) por la preservación de los valores. Bajar de nuevo la guardia, significará que las alas oxidadas del águila, se engrasen a costa de diezmar todo lo que se ha caminado para poder ser, diferentes, pero iguales en derechos y responsabilidades. Que las izquierdas, se desorienten, le vendrá muy bien a ese “bloque de la derecha” que se ha blindado en el radicalismo verbal, que se llena de ¿gloria bendita? cada vez que se posiciona, y que a golpe de tijeretazos y privatizaciones nos resta bienestar y calidad de vida individual y comunitaria. Respeto la heterogeneidad del pensamiento. Lo que personalmente no asumo es que se acepte con alevosía o simple connivencia, después de nuestro pasado reciente, un fascismo que espera en la retaguardia, para atacar impunemente a la mayoría (mujeres) a la diversidad o a las oposiciones que discrepan con sus dogmas sectarios. No comprendo que se pueda apoyar y votar para que “nosotras” no seamos consideradas “ciudadanas” a nivel integral. O que se niegue y oculten las violencias machistas…Tomemos conciencia. Escuchemos y hablemos, sin medias tintas, sin miedos, sin dejarnos aplastar por las presiones externas. Encontrémonos, en cada oportunidad que se nos brinde. En cada puerta abierta, que nos acoja a todas y todos, seamos de cualquier partido “democrático” pero con el requisito fundamental de preservar la justicia social y el humanismo integrador. Les espero, hoy, de 17:00 a 20:00 horas en el Centro Tecnológico Garum en las Jornadas: ‘El Disfraz de la Violencia Simbólica: Los Micromachismos’ . Únete.   n

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