Estepona

Detienen en Estepona a un joven que chantajeaba en la red a menores para conseguir imágenes sexuales

En el marco de la "Operación Markira", la Guardia Civil ha localizado a 18 víctimas, de entre 12 y 16 años, distribuidas por todo el país. El detenido, de 27 años, se hacía pasar por adolescente y coaccionaba con montajes fotográficos a las menores. Ha ingresado en prisión sin fianza.

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La Guardia Civil ha detenido en Estepona a F.J.G.M, de 27 años, por amenazar y coaccionar a menores a través de Internet para conseguir imágenes de contenido sexual. En el marco de la "Operación Markira", los agentes han localizado a 18 víctimas, de entre 12 y 16 años, distribuidas a lo largo del país, en las provincias de Málaga, Granada, Sevilla, Cádiz, Huelva, Cáceres, Álava, Pontevedra, Valencia, León, Castellón, Murcia, Alicante y Madrid.

El ahora detenido, que ha ingresado en prisión sin fianza, habría interactuado con unas 500 menores, tras el análisis realizado a más de 25.000 mensajes de chats de una conocida red social.

La operación, llevada a cabo por el grupo E.M.U.M.E. (Grupo Mujer/Menor) de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Comandancia de Málaga, se inició el pasado mes de septiembre ante la denuncia de un representante de una conocida red social de Internet, en la que manifestaba que determinado perfil que actuaba en dicha red, estaría chantajeando a usuarias menores de edad.

Modus operandi

En la investigación se localizó al responsable de estos hechos delictivos, que se hacía pasar por un adolescente de la misma edad y ciudad que las menores con las que conectaba en la red social, lo cual creaba un clima de empatía entre ambos.

Cuando el “ciber-depredador” conseguía establecer una conexión emocional, las sometía a todo tipo de coacciones y amenazas con el objeto de conseguir de ellas imágenes de contenido sexual, amenazándolas con hacer publicas conversaciones e imágenes. Para ello, no dudaba en manipular las fotografías que las menores subían a su propio perfil, mostrando a las menores desnudas, lo que provocaba en ellas una grave afectación emocional.

Cuando el detenido había quebrantado la voluntad de las victimas, les obligaba a facilitarles un número de teléfono y, utilizando las plataformas de mensajerías instantáneas entre teléfonos móviles, las amenazas y coacciones se incrementaban hasta conseguir su propósito.

En el registro domiciliario que los agentes practicaron en la vivienda del detenido le fueron intervenidos diversos dispositivos de almacenamiento informático, como discos duros, pen-drives, tarjetas de memorias, videoconsolas con conexión a Internet, un revolver simulado y abundante documentación que los investigadores siguen analizando.

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