A primera hora de este lunes recibían de manos de la Policía la notificación del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 5 de Estepona de que tenían que abandonar de forma inmediata la vivienda. Erika y Michael llevaban dos semanas ocupando una casa de la Barriada Solís que llevaba más de año y medio vacía. En ningún momento se les pasó por la cabeza que el desenlace sería tan rápido. En apenas unas horas, los agentes han llegado para que esta joven pareja, que tiene dos hijos, un bebe con apenas dos meses y un niño de dos, desalojen el inmueble. Los dos en paro y con solo una ayuda de 400 euros, no tienen dónde vivir.
Son el rostro de la crisis. En 2010 no pudieron seguir haciendo frente a la hipoteca y tuvieron que abandonar su hogar. Su madre, incluso, se hizo cargo de una deuda pendiente que aún paga, y les dejó su vivienda y se fue de alquiler. Pero su situación económica no le permitía afrontar tantos gastos. En casa todos no entraban. Las viviendas de esta barriada esteponera son muy reducidas. Fue entonces cuando Erika y Michael decidieron ocupar una vivienda, a sabiendas de que era ilegal. "La casa llevaba más de año y media vacía, el antiguo inquilino la abandonó en muy mal estado y nosotros la hemos arreglado gracias a una colecta que se hizo entre todos los vecinos", explica Michael, quien nos enseña fotos de cómo estaba cuando llegaron. Ahora el inquilino, pese a no habitar en ella desde hace mucho, los ha denunciado. Les acusa de usurpar la propiedad.
No entienden cómo una vivienda social propiedad de la Junta de Andalucía está vacía mientras hay familias, como la suya, que están en una difícil situación. "Hemos ido al Ayuntamiento, a Asuntos Sociales y se tiran la pelota unos a otros, entre el Ayuntamiento y la Junta de Andalucía", dicen. "Yo no quiero vivir gratis aquí, no quiero estar aquí por la cara, nos gustaría que nos dieran una vivienda con un alquiler social, quiero un techo para mis hijos", asegura Michael. En el Consistorio les indican que hay mucha lista de espera de familias en su misma situación, pero esta joven pareja asegura que su situación es urgente. "Yo me puedo quedar en la calle, pero ¿qué pasa con mis hijos?", nos dicen.
"Soy un alcalde, no Dios"
El regidor popular, José María García Urbano, les recibía esta misma mañana. Pero la salida del encuentro no puede ser menos esperanzadora para la familia. "No nos van a ayudar, saben que nos han desalojado ya y que estamos en la calle e insisten en que hay mucha gente esperando una vivienda social", lamentan. Y lo peor, las palabras que relatan que han salido de boca del primer edil: "Nos ha dicho que él es un alcalde, no Dios", aseguran. Pese al número de viviendas sociales vacías existentes en el municipio, han salido de Puertosol igual que llegaron: sin solución.
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