La licitación pública para la recogida de naranjas de los 28.000 árboles de Córdoba ha quedado este 2023 desierta. Por ello, se decidió desde Sadeco contar con unas 40 personas de la bolsa de empleo para trabajar tres meses en unas 700 calles de la ciudad, incluida la periferia.
Divididos en cuatro equipos de trabajo, los operarios de Sadeco trabajan cada día simultáneamente para obtener las naranjas sin dañar en todo lo posible los árboles. Las naranjas amargas –no comestibles- que en su momento se utilizaban para hacer mermelada, tienen una segunda vida: convertirse en compost.
Verónica López, responsable de comunicación de Sadeco, apunta que "estas naranjas se echan unas sacas gigantes que una grúa las lleva al complejo mediambiental de Córdoba. En las hileras de compost, que están hechas con las bolsas de basura que tenemos en casa, se dejan unas semanas y van fermentando. Estas naranjas, por sus componentes, vienen bastante bien para que el compost tenga calidad".
A todo ello hay que sumar que la recogida de las naranjas favorecerá que en primavera el azahar florezca, que los frutos no queden por el suelo y se puedan producir accidentes al pisarlas y, además, dejar limpia la ciudad. Sin olvidar, que 40 personas durante un trimestre se sienten realizadas y obtienen un sueldo para comenzar el año de manera inmejorable, como es el caso de Gregorio, de 52 años, natural de Cañete de Las Torres.
El trabajador de Sadeco comenta que "lo importante es tener un grupo y que nos llevemos bien. Estamos contentos y alegres trabajando juntos".
Sadeco apuesta por la reutilización de estas naranjas que sirven de abono para los campos. Se estima recoger unas 1600 toneladas de toneladas hasta abril, mes que está previsto que finalice la recogida de las naranjas. Desde la empresa piden paciencia a todos los cordobeses que consideren que su calle está poblada de naranjas porque esta labor se desarrolla poco a poco y barrio a barrio.
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