Con la llegada de los meses más cálidos del año, muchas personas comienzan a plantearse inaugurar oficialmente la temporada de piscina, lo que pone de manifiesto una de las mayores responsabilidades atribuidas al cuidado de jardines y terrazas, el mantenimiento de la piscina.
Si bien el cuidado habitual con productos químicos y el recogehojas parece una opción perfectamente plausible, cada vez más personas están optando por invertir en un cobertor de piscinas, ya que aparentemente supone un gran apoyo para esta ardua tarea; sin embargo, ¿hasta qué punto resulta realmente útil? ¿Merece la pena utilizarlo? Estas preguntas son resueltas a continuación.
¿Qué son los cobertores de piscinas?
Los cobertores de piscinas tienen por objetivo facilitar el mantenimiento de piscinas, aumentar la temperatura del agua y evitar la evaporación. Hay diversos tipos, pudiéndose diferenciar el cobertor piscina verano (manta de burbujas), el cobertor de invierno (PVC) y el cobertor automático de tipo persiana, aunque este último es menos común entre particulares.
A pesar de que clásicamente los cobertores se limitaban a ser un aislante impermeable, en la actualidad se han desarrollado materiales resistentes que permiten cuidados específicos y, en última instancia, amortizar la inversión en el producto, al presentar una vida útil superior a las lonas convencionales.
Entre los materiales más novedosos del mercado se encuentran Geobubble, con un diseño único patentado consistente en dos burbujas unidas por una cintura central estructural, lo que no solo aumenta la vida útil del cobertor en un 25%, sino que, además, evita la evaporación del agua en un 98% y puede llegar a aumentar la temperatura del agua hasta en 10ºC, lo que la convierte en una opción perfecta en el momento de seleccionar una manta térmica piscina y el PVC, que permite conservar el agua especialmente en los meses fríos al evitar la proliferación de algas y la evaporación.
¿Por qué merece la pena utilizar cobertores de piscina?
Aunque aparentemente parezca que el volumen de agua de la piscina permanece inalterado a lo largo del tiempo, lo cierto es que esto no es así. Debido a la incidencia del clima se produce una paulatina evaporación que progresivamente incrementa el gasto energético.
Este fenómeno no solo se produce en verano, sino que también ocurre en invierno donde los procesos de congelación y el viento reducen considerablemente la cantidad de agua.
A pesar de que no es posible estimar de forma exacta la cantidad de agua que se pierde, ya que influyen factores como el lugar de residencia y las medidas de la piscina, algunas aproximaciones basadas en datos de AEMET indicarían que en zonas de Andalucía la pérdida de agua diaria puede oscilar los 400 litros diarios en meses especialmente calurosos como julio y agosto.
Teniendo esto en cuenta y valorando que, además, el hecho de tener una piscina a la intemperie requiere de mayores cuidados por la acumulación de suciedad, es posible prever los beneficios de un cobertor de piscina, puesto que:
- Reduce la evaporación del agua, por lo que contribuye al cuidado del medio ambiente.
- Supone un ahorro en productos de limpieza.
- Libera tiempo dedicado al mantenimiento de la piscina.
- Adicionalmente actúa como barrera de protección contra caídas, especialmente en caso de convivir con niños, ancianos o mascotas.
Como resultado de todo lo anterior, la inversión en un cobertor de piscina resulta rentable, ya que supone un evidente ahorro económico además de traer consigo beneficios adicionales referentes a la higienización del agua y la seguridad de sus usuarios.
Llegada la temporada de piscina toca elegir la forma de llevar a cabo el mantenimiento de la piscina y, sin lugar a duda, un cobertor de piscinas promete ser el aliado más completo y amigable con el medio.
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