El 39,3% del salario de los trabajadores españoles se destinó al pago de impuestos y cotizaciones a la Seguridad Social en 2020, frente al 34,6% de la media de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), según el informe 'Taxing Wages' publicado por esta organización.
Mientras que en la OCDE la carga fiscal sobre los salarios se redujo 0,39 puntos porcentuales respecto a 2019, en España el retroceso se limitó a 0,12 puntos básicos.
En concreto, el IRPF pesó un 11,4% sobre el salario, frente al 13,1% de la media de la OCDE. Por su parte, las cotizaciones sociales pagadas por las empresas supusieron el 23% y las abonadas por los trabajadores, un 4,9%, cuando el promedio de los miembros del 'think tank' de los países desarrollados se situó en el 13,1% y el 8,3%, respectivamente.
Así, España se coloca en el decimosexto puesto de los países con mayor cuña fiscal de la OCDE, en un ranking encabezado por Bélgica, donde a los trabajadores se les retiene el 51,5% de su salario. Los belgas son los únicos que deben transferir a la Administración y la Seguridad Social una suma mayor de su salario de la que ellos reciben en neto.
Por detrás de Bélgica, los países con mayor diferencia entre salario bruto y neto son Alemania, donde se retiene el 49%, Austria (47,3%), Francia (46,6%), Italia (46%), República Checa (43,9%) y Hungría (43,6%).
Por contra, los países de la OCDE con cuñas fiscales más bajas en 2020 eran Colombia (0%), Chile (7%), Nueva Zelanda (19,1%), México (20,2%), Suiza (22,1%), Israel (22,4%), Corea del Sur (23,3%), Estados Unidos (28,3%) y Australia (28,4%).
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