Se podría decir que ayudar a los demás normalmente no está relacionado con el entorno laboral de las personas. Sin embargo, hay algo en el ADN de muchas de ellas que les empuja a extender su mano a aquellos de su círculo laboral que más lo necesitan. Y cuando en un entorno de trabajo hay más de una persona con este perfil, solo pueden surgir cosas buenas. Y decir cosas buenas es decir Corazón y Manos, una asociación sin ánimo de lucro creada en 2017 por empleados de Clece, con el objetivo principal de ayudar y dar apoyo a trabajadores de la entidad, compañeros, que se encuentran en situación vulnerable o atraviesan dificultades. El resultado: proyectos solidarios, programas de inclusión social, formación y fomento del empleo juvenil, que se traducen en una mejora significativa de su entorno.
Si 2020 no ha sido un año fácil para nadie, es inevitable pensar que 2021, vendrá acompañado de momentos de dificultad, especialmente en lo que se refiere a acceder a un puesto de trabajo, incrementando la situación de vulnerabilidad de las personas que se encuentran en riesgo de exclusión. Por ello, Corazón y Manos ha puesto el foco en este problema, lanzando un programa de inclusión laboral, para así ayudar a personas con dificultades a acceder a un empleo, con especial atención a aquellas que se encuentran en situaciones complicadas o son víctimas de violencia de género. En estrecha colaboración con entidades del tercer sector, servicios sociales, ayuntamientos e instituciones públicas y privadas, en las primeras semanas de este año, esta asociación ya ha conseguido insertar laboralmente a los primeros beneficiarios del programa.
S. A. es un joven que llegó a España y que al cumplir los 18 años dejó de estar tutelado por la Comunidad en la que residía, por lo que disponía de un año para encontrar trabajo antes de que su permiso caducara. Su plazo terminaba el pasado 9 de enero, pero pese a su buena disposición para trabajar, resultaba muy complicado que una empresa le hiciera un contrato de un año completo a un mena sin experiencia de trabajo previa. A través de Corazón y Manos, Clece ha podido ver esta buena actitud de un joven con ganas de trabajar y ya forma parte de la empresa.
Por su parte, D. R. sufrió una de las grandes consecuencias de esta pandemia. Se quedó sin trabajo y ha estado todos estos meses tirando de los pocos ahorros que tenía, sin poder enviar nada a su familia, viéndose de repente viviendo en la calle. Hace unos días encontró una nueva oportunidad en Clece.
Estos dos casos son solo un par de ejemplos pero hay muchos más casos y la lista no para de crecer. Refugiados, víctimas de violencia de género que tienen que salir de su país bajo amenaza de muerte y pedir asilo, o españoles que han tenido una vida muy dura y pocas o ninguna oportunidad. Jóvenes tutelados que cuando cumplen la mayoría de edad se encuentran con un mercado laboral muy complicado y con una deficiente formación, o personas de mediana edad que tienen que soportar cargas familiares, que están fuera del mercado laboral desde hace tiempo y se encuentran en situaciones extremas.
Corazón y Manos, "en este 2021 que acabamos de comenzar, pone todo su empeño en que esta lista vaya disminuyendo, ayudando en la medida de lo posible a aquellos de su entorno que lo necesitan, aportando un soplo de aire fresco a personas que por diferentes circunstancias se encuentran en una situación de precariedad".
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