La prensa explica que el líder libio pidió a una agencia de azafatas de congresos italiana que invitase a 200 mujeres a un acto en la residencia del embajador libio en Roma.
El coronel exigió que las jóvenes tuvieran entre 20 y 35 años, superaran el metro y 65 centímetros de estatura y fueran vestidas sin minifaldas, ni escotes pronunciados.
En el acto, añaden los medios locales, que se convirtió en una lección sobre el Corán, sobre la supremacía del Islam y el papel femenino en el mundo árabe, se exhortó a las asistentes a convertirse al islamismo y fueron invitadas a viajar a la Meca.
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