“No dejaremos que Ehud Olmert (ex primer ministro), ni Tzipi Livni (ex ministra de Exteriores), ni Ehud Barak (ministro de Defensa), que enviaron a nuestros hijos a esa guerra, sean llevados ante la Corte Internacional de La Haya”, dijo Netanyahu.
Los tres dirigentes que mencionó Netanyahu llevaban las riendas de Israel cuando este país lanzó a finales de diciembre de 2008 la operación militar Plomo Fundido en la Franja de Gaza, en respuesta al lanzamiento los días previos de unos 200 cohetes Kasam por milicias palestinas.
La ofensiva militar israelí dejó unos 1.400 muertos, la mayoría civiles según distintos estudios, y en un informe sobre esa guerra para el Consejo de Derechos Humanos de la ONU el sudafricano Richard Goldstone acusa tanto a Israel como a Hamas de haber cometido crímenes de guerra.
El discurso de Netanyahu se centró casi todo en el informe. Ante el jefe del Estado, Simón Peres, Netanyahu afirmó que a Israel le asiste el derecho a la defensa propia cuando es atacado, e insistió en que ningún israelí que haya tomado parte en la guerra será llevado a tribunales internacionales.
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