En conversación telefónica con el diario uruguayo El Observador, Zelaya comenta también el papel de Estados Unidos en la crisis que afecta a su país y asegura que no cree que el presidente de facto de Honduras, Roberto Micheletti, se arriesgue a invadir la Embajada de Brasil en Tegucigalpa donde se encuentra refugiado.
“Lo he repetido muchísimas veces, miles de veces, la solución de esta crisis pasa por mi restitución, por el respeto de la democracia”, indica Zelaya.
El mandatario hondureño asumió su cargo en enero de 2006, pero el pasado 28 de junio un golpe cívico-militar lo arrojó del poder bajo la acusación de que estaba violando la Carta Magna de Honduras al tratar de convocar una Asamblea Constituyente destinada a posibilitar la reelección del jefe de Estado.
“Estoy dispuesto a ir a los tribunales. Es que no me lo permitieron en su momento porque me sacaron del país. Estoy dispuesto a responder a los cargos que hay en mi contra; no tengo problema con eso”, explica Zelaya a El Observador.
Zelaya se encuentra desde el pasado 21 de septiembre en la Embajada brasileña en Tegucigalpa con medio centenar de personas más, después de regresar clandestinamente a Honduras.
“Yo no violé la Constitución. Jamás lo hice”, explica Zelaya en referencia a las acusaciones de que pretendía realizar un referendo para habilitar su reelección.
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