El presidente de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart, ha afirmado que el 1-O está amparado por tres derechos fundamentales: la libertad de conciencia, la libertad de expresión y la participación política.
En un artículo publicado en La Vanguardia en que comenta que lleva 600 días encarcelado, Cuixart califica el 1-O de "el acto de desobediencia civil más masivo de Europa de los últimos 30 años".
También señala que las personas que participaron en el referéndum "no renunciaron a los derechos más elementales" ante la suspensión del Tribunal Constitucional.
Cuixart afirma que vincular el 1-O con la violencia o compararlo con un golpe de Estado "es tan escandalosamente falso como deshonesto".
Destaca que el Tribunal Supremo, que le está juzgando, creó doctrina sobre la desobediencia civil con la sentencia 480/2009, que dice: "La desobediencia civil puede ser concebida como un método legítimo de la disidencia frente al Estado".
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