El aumento de la inmigración registrado en España en el primer semestre de este año ha servido para compensar el descenso demográfico que se ha producido en esos seis meses por la caída de los nacimientos y el incremento de las muertes.
Así, entre enero y junio, el saldo migratorio (llegadas menos salidas) fue de 121.564 personas, suficientes para compensar la caída demográfica (nacimientos menos muertes) de 46.273 personas registrada en ese periodo, con lo que la población española ha aumentado en 74.591 personas hasta los 46,7 millones de residentes, según cálculos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
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