Un nombre propio dentro de la comedia y un producto que se ajuste a los cánones del cine comercial no son siempre garantías de éxito.
Un nombre propio dentro de la comedia y un producto que se ajuste a los cánones del cine comercial no son siempre garantías de éxito. La nueva película de Adam Sandler, Funny People se convirtió en el peor estreno estadounidense para el actor durante un fin de semana en cuatro años. Según estimaciones de los estudios, la película facturó 23,4 millones de dólares en entradas.