Sin embargo, el jefe del Ejecutivo chino dejó abierta la puerta a a dialogar con representantes del líder tibetano ya “durante circunstancias muy difíciles en 2008 tuvimos tres a petición suya”.
Wen reiteró que el Dalai Lama “es un político exiliado que dirige un gobierno teocrático traidor, que viaja por todo el mundo y es capaz de engañar a algunos líderes políticos, que también pueden utilizarle”.
“El Tíbet es un asunto completamente de China y no admitimos la intervención exterior”, destacó. Wen aludió así a la repercusión de la acogida al Dalai Lama en las relaciones con Pekín y a la crisis que atraviesan los lazos con Francia “donde fue recibido al más alto nivel”.
“En las propuestas de paz que efectuó en EEUU y en Francia el Dalai Lama dijo cosas que luego negó, como su deseo de que salieran del Tíbet las fuerzas armadas chinas y la población Han. Miente”, insistió. Según el jefe del Ejecutivo chino, China y Francia establecieron relaciones diplomáticas hace 45 años “y en conjunto avanzan”.
“Pero, esperamos que Francia comprenda el asunto tibetano y se esfuerce en recuperar los vínculos”, señaló.
La acogida al Dalai Lama por el presidente Sarkozy originó la cancelación por Pekín de la cumbre China-UE que iba a celebrarse en noviembre en Lyon. “Los europeos deben utilizar su lógica heredada de los griegos: el Gran Tíbet es la cuarta parte de China y el Dalai Lama quiere su independencia, echar al ejército chino y a quienes no sean de etnia tibetana, ¿es eso una figura religiosa?”, dijo el ministro de Asuntos Exteriores, Yang Jiechi ante la ANP.
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