El tribunal señaló que el juez se extralimitó en su potestad al determinar que esos hombres debían ser traídos a Estados Unidos y liberados aquí “fuera del marco de la normativa migratoria”.
“No sabemos si todos los solicitantes o alguno de ellos reúnen los requisitos para entrar en el país de acuerdo con las leyes migratorias”, afirmó el tribunal, compuesto por tres magistrados, dos nombrados por presidentes republicanos y una por un demócrata.
Los 17 prisioneros llevan más de siete años en Guantánamo, tras haber sido apresados en Paquistán, según ha detallado el Gobierno en sus affidávit (actas).
El Pentágono ha concluido que no representan un peligro para Estados Unidos, pero el tratado internacional en contra de la tortura le impide repatriarlos a China porque allí podrían ser sujetos a maltratos.
Los detenidos pertenecen a un grupo que pretende lograr la independencia del territorio en el noroeste de China donde viven los uighures.
El Gobierno de Estados Unidos envió cinco uighurs a Albania en el 2006, pero no ha encontrado ningún otro país que acepte a los 17 y se niega a aceptarlos en su propio territorio.
En octubre, el juez federal Ricardo Urbina ordenó su liberación en Estados Unidos, una decisión que fue recurrida por la administración de George W. Bush.
El tribunal de apelaciones revocó ayer el dictamen anterior porque no se tuvo en cuenta la normativa migratoria.
“Sabemos que no hay suficientes pruebas para clasificarlos como combatientes enemigos, esto es, enemigos de Estados Unidos, pero eso no es justificación para admitirlos” en el país.
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