La visión del gurú de la economía social, conocido como el banquero de los pobres –título de uno de sus libros–, es que la situación económica actual es el fruto de un “terremoto” financiero que ha traspasado todas las fronteras y que se ha cebado con los más débiles, que serán “los que perderán su trabajo y su comida”.
“Esta gente nunca ha contribuido a la crisis: la pobreza no la crean los pobres; por eso no es justo que a ellos no se les proteja y, en cambio, los que sí crearon esta crisis reciban un beneficio”, subrayó Yunus en una rueda de prensa celebrada en Palma, donde ofreció una conferencia invitado por la Fundación Iberostar.
Yunus apuesta por el cambio de sistema, aportando al capitalismo actual “la parte que le falta”: el negocio social; comentó que la salida a la crisis no vendrá sola sino que los países pobres como India o China tendrán mucho que decir a Occidente y se mostró confiado en que el nuevo presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha venido para liderar esta transición.
A juicio de este economista, el sistema actual y sus instituciones –como el Banco Mundial, del que es consejero– están viciadas por el “egoísmo”, por la búsqueda del máximo beneficio a toda costa que “los ha llevado al colapso”.
Mohamed Yunus, en la misma línea que lo hizo Obama en su discurso de investidura, advierte de que el mundo ha cambiado y que el sistema económico debe hacerlo también: rediseñar el mercado, “sabiendo encontrar las soluciones a todos los problemas que hasta ahora ha creado el sistema”, y rediseñar su estructura y los bancos.
En este sentido, el banquero de los pobres recuerda que, precisamente, los bancos que “han caído” en esta crisis han sido “los que sólo dan préstamos con garantía”. Mientras, su Banco Grameen –que concede créditos a la gente sin avales– ha recuperado el 97% de sus préstamos.
Abrir la puerta hacia las empresas sociales, hacia una Bolsa de inversión social es la recomendación que este experto en economía ofrece a los políticos, empresarios y banqueros ante la actual crisis que no es más que la oportunidad de “ir hacia adelante”.
Pero en ese camino, advierte Yunus, Occidente ya no estará solo sino que países como China, India, Indonesia o Bangladesh (que representan la mitad de la población mundial) tendrán una participación “muy importante”.
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