El alcalde de Kandahar, Ghulam Haider Hamidi, murió ayer en un atentado suicida que representa un nuevo paso en la estrategia talibán de atacar a altos cargos de la administración, especialmente en el conflictivo sur afgano.
El ataque de esta mañana ocurrió en la sede del Gobierno local cuando un talibán detonó el explosivo que llevaba escondido en su turbante mientras el alcalde estaba reunido con un grupo de vecinos, según un comunicado emitido por la oficina de Haider.
Según ese comunicado, un civil murió también a causa de la explosión, aunque una fuente policial citada por el canal afgano Tolo afirmó que el fallecido fue un guardaespaldas del alcalde.
Los ataques insurgentes contra políticos y cargos públicos se ceban últimamente con figuras del sur del país, como el hermanastro del presidente Hamid Karzai y jefe del Consejo Provincial de Kandahar, Ahmed Wali Karzai, asesinado hace dos semanas.
Durante el funeral de Ahmed Wali Karzai, considerado el hombre más poderoso del sur del país, los talibanes utilizaron el método del turbante cargado de explosivos para realizar un atentado que mató a tres personas.
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