Tras escuchar las explicaciones de sus servicios secretos (ISI), el Parlamento paquistaní ha condenado la operación de EEUU para matar a Bin Laden en su territorio y ha apostado por redefinir las relaciones con Washington.
Las dos cámaras paquistaníes emitieron esta madrugada una resolución tras una maratoniana sesión a puerta cerrada, en la que recibieron explicaciones del jefe del ISI, Ahmed Shuja Pasha, y la cúpula del Ejército sobre el asesinato de Bin Laden.
En el texto, el Parlamento pide al Ejecutivo, encabezado por el pro-occidental Partido Popular (PPP) de la familia Bhutto, que "revise" su contacto político con EEUU con el objetivo de "asegurar que los intereses nacionales de Pakistán son totalmente respetados".
Y también solicita al Ejecutivo que nombre una comisión independiente para buscar responsabilidades y recomendar acciones que eviten que se produzca un suceso similar.
Esta es la única referencia cercana a la autocrítica en la resolución parlamentaria, que condena la "unilateral" operación estadounidense y la considera una "violación de la soberanía de Pakistán".
El jefe de Al Qaeda fue ejecutado extrajudicialmente por las fuerzas especiales de Estados Unidos en una operación secreta contra su finca de la ciudad norteña paquistaní de Abbottabad, cercana a Islamabad.
En la línea de algunas de las tesis del Ejército, los parlamentarios recordaron los "inmensos sacrificios" que ha hecho el país para combatir el terrorismo, pero no hicieron ninguna mención a la presencia del líder de Al Qaeda en su territorio.
Y su resolución pide ahora un cese inmediato de los ataques de aviones espía de EEUU en las regiones tribales de Pakistán y propone al Gobierno que, si no se detienen, considere medidas como dejar de permitir el tránsito de suministros para las fuerzas de la OTAN desplegadas en Afganistán.
La persona encargada de defender ante los diputados al Ejército y a los ISI fue el jefe de estos últimos, Pasha, aunque el jefe de las Fuerzas Armadas, el general Ashfaq Pervez Kiyani, también se hallaba presente en el hemiciclo.
Varias fuentes coinciden en que Pasha ofreció su dimisión al Parlamento, pero el Gobierno del PPP, por el momento, apoya en público la labor del ISI y del Ejército.
En declaraciones a la prensa, la ministra de Información, Firdous Ashiq Awan, reveló que Pasha, cuya salida se rumorea desde hace días, se dijo dispuesto a aceptar las consecuencias si hubo algún fallo "intencionado" durante el suceso, pero insistió en que la responsabilidad tiene que ser compartida.
Ninguno de los diputados contactados telefónicamente por Efe quiso comentar los detalles de la sesión.
Tanto el Ejército como el ISI están en la diana de las críticas por no percatarse de la violación de su espacio aéreo por parte de los helicópteros norteamericanos y por no haber detectado la presencia de Bin Laden en una finca cercana a una academia militar y a tres horas en coche de Islamabad.
El gobernante PPP es prudente con el poder castrense, pero el principal partido de la oposición, la Liga Musulmana-N, ha levantado la voz para reclamar una investigación judicial independiente del suceso en lugar de una encabezada por los militares, tal y como se ha prometido.
"Solo los Gobiernos elegidos (por el pueblo) pueden formular la política exterior" de Pakistán, clamó hoy en rueda de prensa el líder de la Liga-N, el exprimer ministro Nawaz Sharif, y deslizó así que el Ejército controla la diplomacia paquistaní en la actualidad.
"Las Fuerzas Armadas no deben implicarse en la política", exhortó Sharif, quien dijo que el Parlamento debería someter a votación el presupuesto asignado a Defensa.
Con el Ejército en el centro de todas las suspicacias, los partidos y la prensa reflexionan desde el día 2 sobre las implicaciones del suceso en las relaciones entre el poder civil y el militar, que ha protagonizado varios golpes de Estado desde la independencia de Pakistán, en 1947.