El pasado año, el Hotel Villapadierna lograba situar el nombre de Estepona en los titulares de todo el mundo, gracias a la visita al mencionado complejo hotelero de superlujo de la mujer del presidente de EEUU, Michelle Obama y de su pequeña. Aunque es cierto que, al principio, dicha visita generaba cierta confusión acerca del municipio al que pertenece, finalmente lo que no se pudo evitar es que el nombre de la localidad diera la vuelta al mundo, después de que la hija del máximo mandatario estadounidense se diera su primer baño vacacional en aguas de Estepona, en cuya playa se ubica el Beach Club del hotel donde se hospedaban.
Casi un año después de que se produjera esta noticia, el mencionado lugar se convierte en noticia, pero esta vez por un motivo bien distinto: el Ayuntamiento hace dos semanas decidía llevarse las palmeras que el pasado verano el hotel decidía poner en este punto con el fin de tapar algunas de las muchas vergüenzas que el Consistorio esteponero tiene dispersadas a lo largo de los 21 kilómetros de litoral: los urinarios municipales a pie de playa que no sirven para nada que no sea dar cobijo a drogadictos durante la noche, al carecer de conexión, así como el punto donde la rotura de una tubería de saneamiento se ha materializado en un charco de mosquitos en plena playa.
De esta manera y para sorpresa del hotel, operarios del Consistorio esteponero, por órdenes de algún representante municipal, se llevaban algunas de las más de cien palmeras instaladas para el fin que les estamos contando. Eso sí, para que unos días más tarde tuvieran que ser devueltas, como no podía ser de otra manera.
A pesar de que el propietario del Villapadierna, Ricardo Arranz, no quiso hacer manifestaciones al respecto, apelando a la elegancia que le ha faltado precisamente a este Ayuntamiento con la toma del tal decisión, fuentes cercanas al conocido empresario aseguraron que la sorpresa en el hotel fue mayúscula al comprobar cómo se habían llevado las plantas, del mismo modo que aseguraron que en caso alguno el alcalde de Estepona, el socialista David Valadez, se puso en contacto para comunicar esta decisión.
No es menos cierto que la “sorpresa y desconcierto” que provocó en la dirección del hotel nada tiene que ver con la cuantía de las plantas, sino con la actitud ante quienes, según nos han contado, están haciendo un esfuerzo titánico para que el próximo verano el hotel, y Estepona por extensión, vuelvan a ser noticia por ilustres visitas; alojamientos que no nos han confirmado para evitar que se caigan, al igual que paso el pasado verano cuando a pesar de que estaba previsto que el mismísimo Barak Obama viniera a pasar unos días con su familia, finalmente declinaba hacerlo ante la presión mediática suscitada en la zona y que todos recordarán.
No obstante, puestos en contacto con diferentes responsables en las áreas de Playas y Jardines del Ayuntamiento de Estepona, nadie ha querido hacer declaraciones al respecto, asegurando desconocer este traslado de palmeras a otros puntos del litoral esteponero. Todo un “expediente X”, del que nadie parece saber nada o haber oido menos.
Otras vergüenzas
Cabe recordar cómo no es la primera vez que al hilo de la visita de Obama se destaparon otras vergënzas; sin ir más lejos, coincidiendo en el tiempo del baño de Sasha, Estepona Información destapaba el desagradable asunto del enorme vertido fecal llegado hasta la orilla de la playa a tan sólo unos metros de Costalita.
Un vertido que tuvo que ser paliado por un particular, que llegó a emprender una iniciativa que terminó costando más de 4.000 euros a él y a otros vecinos y que finalmente tuvo que ser intervenido por la delegación de Asistencia y Desarrollo al entender que de no hacerlo, la edil, Lina Rivas, estaría cometiendo un delito de prevaricación.