El Ministerio dijo que esta medida no forma parte de un plan de evacuación de sus ciudadanos del país norteafricano y cifró en 3.500 el número de británicos residentes en Libia, la mayoría en Trípoli.
La decisión llega un día después de que el Foreign Office recomendara a sus ciudadanos que suspendieran los viajes no esenciales a ciertas zonas del país norteafricano.
En concreto, se recomendó no viajar a las ciudades de Bengasi, Ajdabiya, Al-Bayda, Al-Marj, Derna y Tobruk, en el este de Libia, y a las áreas fronterizas con Sudán, Chad, Níger y Argelia.
Un día antes, el Gobierno británico informó también de que había revocado ocho contratos de exportación a Libia tras considerar que el material de seguridad enviado podría utilizarse en la represión.
Según el Ministerio de Asuntos Exteriores, se trataba de licencias aprobadas en meses recientes para la venta de botes de gases lacrimógenos y de otro material anti-disturbios.
No obstante, aclaró que no hay pruebas de que este equipamiento británico haya sido empleado en la represión de los manifestantes.
Mientras, decenas de personas se manifestaron frente a la embajada libia en Londres y pidieron al Gobierno británico más contundencia a la hora de condenar las acciones del régimen libio.
Los manifestantes recordaron que desde hace años Londres busca aplacar a la dictadura de Muammar el Gadafi, que lleva cuatro décadas en el poder, y que así lo dejó en evidencia la puesta en libertad y extradición en 2009 de Abdelbaset al Megrahi.
Este ciudadano libio era el único condenado por el derribo en pleno vuelo en 1988 de un avión de la aerolínea estadounidense Pan Am cuando sobrevolaba la localidad escocesa de Lockerbie, en un atentado que costó la vida a 270 personas.
Al Megrahi regresó a su país en agosto de 2009 con el argumento de que le quedaban tres meses de vida a causa de un cáncer terminal, razón por la que fue puesto en libertad y repatriado.
Entonces se dijo que le quedaban tres meses de vida, pero año y medio después Al Megrahi sigue vivo.
Pero el ministro británico de Exteriores, William Hague, defendió hoy la política de "normalizar las relaciones con Libia", porque ha supuesto "importantes beneficios para la comunidad internacional", ya que Trípoli renunció a desarrollar un programa nuclear.
"No creo que tengamos que contemplar eso como un error", dijo Hague en una entrevista a la cadena Sky News, en la que añadió que no obstante "el mundo no debería vacilar a la hora de condenar estas acciones", en referencia a la represión de las protestas.
Según diversas fuentes citadas por la cadena pública británica BBC, más de 200 personas han muerto después de que las fuerzas de seguridad dispararan contra los manifestantes.
Una doctora identificada únicamente como Brayka dijo a la BBC que sólo en el hospital al Jala de Bengasi (este de Libia) había más de 200 cadáveres, principalmente de hombres que habían participado en un cortejo funerario en memoria de los fallecidos en la víspera.
"El noventa por ciento de las heridas de bala eran principalmente en la cabeza, el cuello, el pecho y en el corazón", dijo la doctora, cuyas declaraciones tienen constantemente de ruido de fondo los disparos que se producen fuera del hospital.
La facultativa cifró en 208 los muertos en la morgue del hospital y aseguró que en otro hospital de la ciudad había otros 12.
Por su parte, la organización Amnistía Internacional (AI) advirtió de que podría haber "mercenarios extranjeros" participando en la represión de las protestas ciudadanas en Libia.
"Las últimas informaciones hablan de libios en Bengasi abatidos por armas automáticas y otras armas que manejan nuevas tropas más contundentes, que posiblemente incluyan mercenarios extranjeros enviados expresamente a sofocar las protestas", dijo Malcolm Smart, director de AI para Oriente Medio y el norte de África.
AI cifró en "mas de un centenar" las personas fallecidas por disparos de las fuerzas de seguridad contra los manifestantes que piden una reforma política en el país y consideró que, a medida que pasan las horas, "la situación es progresivamente alarmante".
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