La infancia y la adolescencia han alzado su voz en el Congreso de los Diputados para reivindicar un mayor protagonismo en la vida política española, como ciudadanía "de pleno derecho" que son. Para lograrlo, tienen clara la receta que han de seguir sus señorías parlamentarias: "Tenéis que hablar menos y escuchar más".
Ocho menores de entre 12 y 17 años han tomado la palabra este lunes en la Cámara Baja para exigir políticas públicas que pongan a la infancia y la adolescencia en el centro y para compartir su diagnóstico de los problemas verdaderamente importantes de la sociedad: la violencia, la pobreza, el 'bullying', el cambio climático, la salud mental o el acceso en igualdad a la educación.
En la VI Jornada parlamentaria 'Propuestas de procesos de participación infantil y adolescente, presentadas por niños, niñas y adolescentes de consejos y colectivos de participación', estos menores han dado un tirón de orejas a los representantes de la Comisión de Juventud e Infancia del Congreso: "Debéis tenernos en cuenta no solo por lo que llegaremos a ser, sino por lo que somos ahora: miembros de pleno derecho de nuestra sociedad".
Eran estas palabras de Quim, de 12 años, que ha abierto el acto. También lo ha abordado Sonsoles, de 17: "Un mensaje a la Administración: muchas veces tomáis las decisiones sin tener en cuenta nuestras opiniones e intereses. Necesitamos que penséis más en nosotros y que nos dejéis participar más a la infancia, a la adolescencia y a la juventud. ¿Cómo? Es muy sencillo, tenéis que hablar menos y escuchar más".
Mientras el foco mediático de la jornada parlamentaria se situaba en las comparecencias de las comisiones de investigación de las mascarillas, la infancia exigía a la clase política un mayor compromiso para garantizar sus derechos.
En esta jornada organizada por Unicef España y la Plataforma de Infancia, Alba, de 17 años, ha pedido medidas para proteger a los menores de los peligros potenciales de la "jungla" que puede ser el entorno digital, como herramientas de control parental que sean respetuosas con la privacidad o programas de alfabetización digital desde edades tempranas.
Rougui, de 12 años, ha abordado la importancia de la salud mental y la realidad que viven muchos menores, especialmente los que tienen una discapacidad, cuando han de ir al colegio sintiendo "miedo, tristeza o rabia" por el acoso o la falta de apoyo. "El 'bullying' y el ciberacoso siguen pasando y en muchos casos vemos que no se hace nada y nos preocupa mucho. (...) Que los niños y niñas estemos bien es un derecho, ¿no?", ha reflexionado.
Lucía, de 16 años, ha denunciado que la infancia sufre las peores consecuencias de la crisis climática, mientras que Joel, de 15, ha recordado que un tercio de los menores en España viven en la pobreza o en riesgo de exclusión social y que eso tiene "impactos desproporcionados" en su desarrollo y sus vidas, por ello ha solicitado ayudas suficientes o de más fácil acceso.
Han sido muchas las demandas de protección y mayor seguridad: frente al acoso escolar y en internet, frente a la violencia sexual, frente a la negligencia de los adultos. En este sentido, Alae ha propuesto que exista más apoyo en los centros educativos, aumentar el acceso a los profesionales de la salud mental, fomentar la prevención y la detección temprana y promover la educación sexual.
Para Sonsoles, de 17 años, es clave que las personas adultas entiendan que los menores tienen "vida más allá de los estudios" y que quieren pasar más tiempo con sus familias, practicando algún deporte o "descansando como personas"; en definitiva, que dispongan de "tiempo libre para ser niños". Por ello, ha puesto encima de la mesa la posibilidad de que se regulen por ley los deberes, una educación más práctica que memorística, recibir recursos emocionales y financieros, y disponer de psicólogos en los centros escolares.
Tanto las diputadas de la Comisión de Infancia como su presidente, Jordi Salvador, han asegurado que han tomado nota de las demandas que estos adolescentes han puesto encima de la mesa y que las utilizarán para legislar.